Los resultados de las elecciones celebradas ayer en Estados Unidos constituyen una nueva oportunidad para el presidente Barack Obama, candidato del Partido Demócrata, y la derrota de la derecha rabiosa representada por el acaudalado empresario Mitt Romney, del retrógrado Partido Republicano, defensor de los intereses de la empresa privada ligada al sector financiero, que es el principal responsable de la crisis económica en ese país.

El presidente Obama logró su reelección con un amplio apoyo de los votos de los latinos, que de esta forma ratificaron el crecimiento de su influencia dentro de la sociedad norteamericana, confiando que esta vez el gobernante hará  los mayores esfuerzos para cumplir sus principales promesas, especialmente las relativas a la reforma migratoria.
Durante la primera campaña electoral, el ahora gobernante se comprometió a atender el  problema migratorio, y a cerrar la cárcel que Estados Unidos mantiene en Guantánamo, en donde según denuncias internacionales, se han cometido graves atropellos a los derechos humanos.
Aun cuando los resultados electorales no representan la posibilidad de mayores cambios para el pueblo norteamericano, ni para mejorar las relaciones de Estados Unidos a nivel internacional, los latinos llegaron a la conclusión que Barack Obama, es un mal menor comparado con la postura racista y belicista del otro contendiente, que con sus impolíticas declaraciones había despertado muchos temores entre la comunidad de migrantes hispanos.
En términos de la política internacional, tanto Obama como Romney, dieron la impresión durante su millonaria campaña electoral, que estaban compitiendo por quien podría consagrarse como el mejor policía del mundo, para seguir fomentando la postura militarista de Estados Unidos, en flagrante violación de los derechos de los pueblos del mundo, que luchan por su independencia y el respeto a su dignidad.
El evento electoral sacó a flote que entre los dos candidatos no había mayores diferencias, sino muchas coincidencias, y que el presidente Obama quizá podría tener algunas ventajas al favorecer diversas políticas sociales, particularmente en el campo de la salud, contra las que abiertamente se pronunciaba el señor Romney.
Estas elecciones también pusieron en evidencia el triste papel de los medios de comunicación, que nuevamente se prestaron para fabricar el consenso destinado a crear la ilusión de que en Estados Unidos hay una democracia, cuando los hechos demuestran lo contrario. 
Durante sus mítines,  los dos candidatos no hablaron del cambio climático ni del tema de las hipotecas, mediante las cuales los grandes banqueros están dejando sin vivienda a numerosas familias norteamericanas.