El maltrato infantil trae como consecuencias alteraciones en la salud física y emocional del niño o la niña. “Con el paso del tiempo el cerebro aumenta de tamaño y densidad, llegando a alcanzar prácticamente un 90% de su tamaño adulto cuando el niño tiene 3 años de edad. En ausencia de estímulos debido a hostilidad o desinterés por el niño, el desarrollo del cerebro puede resultar disminuido.”

“El estrés crónico sensibiliza las conducciones nerviosas y desarrolla desproporcionadamente las regiones del cerebro asociadas a las respuestas de ansiedad y miedo. Por lo que ciertas regiones del cerebro serán más propensas a experimentar un desarrollo desproporcionado a expensas de otras, que no pueden ser activadas al mismo tiempo, como las que intervienen en el razonamiento complejo. Resultado de ello, ciertas regiones del cerebro no relacionadas con la respuesta al miedo podrían no estar “disponibles” para permitir el aprendizaje del niño”.

El maltrato físico produce tanto daños físicos como emocionales y sociales. Los daños físicos que se pueden ocasionar al niño van desde rasguños, heridas, cortadas, quemaduras, fracturas y traumas internos, hasta la muerte. 

La consecuencia inmediata del maltrato físico es el dolor.  Pero los daños pueden ir más allá de las cicatrices, los niños pueden sufrir daños neurológicos a largo plazo: irritabilidad, letargia, temblores y vómitos.  En el sacudimiento (zangoloteo) de los niños pequeños ellos pueden sufrir sordera o ceguera permanente, parálisis y coma, hasta la muerte.

Diversos estudios han mostrado que los niños con maltrato físico tienen mayores dificultades para el desempeño escolar, el autocontrol, la valoración de su propia imagen y el establecimiento de relaciones sociales, comparados con aquellos que no lo han vivido.

Estos niños tienen mayor riesgo que otros de generar vínculos de dependencia al alcohol o drogas. Dificultad para establecer amistad con pares, pobre capacidad para establecer vínculos sociales, pobreza en habilidades de conocimiento y lenguaje, desconfianza, complacencia excesiva con figuras de autoridad y tendencia a resolver problemas interpersonales de manera violenta.  Es por ello que los especialistas han insistido en que el maltrato infantil, a largo plazo, afecta tanto a familias como a comunidades. Fuentes: OPS, Prevención del maltrato infantil.  Informe Nacional Sobre violencia Infantil y Salud.  México, 2006.

En general la serie de consecuencias acerca del maltrato infantil puede ser diversa.  Niños con baja autoestima, con posibilidad de desórdenes depresivos, ansiosos, de la alimentación, con dificultad en el control de impulsos y establecimiento de límites, posiblemente con conducta abusiva y beligerante. Cursan con conductas autodestructivas (suicidio y autolesiones), con problemas en el aprendizaje y de manera probable bajo rendimiento escolar.  Y son quienes tienen mayor posibilidad del establecimiento de un trastorno de la personalidad en la edad adulta.

La consideración más importante en el abordaje del maltrato infantil tendrá que ser su prevención.