Avatares del Renap


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Es un maremágnum, pero la culpa no solo es del Renap. Claro, tiene mucha responsabilidad pero hay que admitir que también es el recipiendario de muchos otros errores. Es como la laguna a donde van a desaguar muchos ríos contaminados. Algo así como el lago de Amatitlán. Muchas prácticas y malas costumbres contribuyen a enturbiar este sistema de identificación de la población. Entre ellas:

Luis Fernández Molina


1) VARIOS NOMBRES: El hábito de bautizar a los hijos con muchos nombres. Claro, tienen los padres plena libertad para escoger los nombres que decidan pero normalmente se utilizan uno o dos, por ejemplo María Isabel, Juan Carlos. Pero sobran los casos en que el individuo tiene 5 o más nombres; María del Carmen Soledad de los Remedios o Guillermo Nicolás Maximiliano de Jesús. ¿Para qué tantos? ¿Para recordar a los antepasados? ¿Para equipararse con la nobleza? En todo caso el interesado solo va a utilizar uno o dos de esa colección,  además en casi todos los formularios es corto el espacio para escribir los nombres. Sugerencia: Que los padres tengan en cuenta los posibles problemas futuros.   2) NOMBRES COMPLEJOS: Escribir Isabel, Julio, Rubén o Carolina no ofrecen problema. Pero Giovanny admite una serie casi infinita de variantes: Geovany, Giovani, Yiovani, Geovani, Giobany,  etc. Lo mismo se puede decir de Jannet, Jeniffer o Estéfani,   y muchos, muchos nombres más. Con tantas combinaciones, anotar el nombre correcto a la primera va a ser de suerte.  Sugerencia: Igualmente que los padres tomen en cuenta los potenciales dolores de cabeza que anticipan a los hijos. 3) OMISION DE AVISOS: Están de moda las llamadas a algunos bufetes en los que los casados se quejan de que su matrimonio no aparece inscrito o que se anotó con datos erróneos. Lamentablemente algunos colegas omiten enviar los avisos de los matrimonios notariales que han celebrado. El tiempo pasa al punto que algunos cónyuges que deciden divorciarse se llevan la sorpresa de que nunca estuvieron casados. Sugerencia: El Archivo General de Protocolos ha mejorado sus controles respecto de las escrituras (protocolo); debería ejercer mayor control sobre los avisos, apretar a los notarios displicentes.  4) LOS REGISTROS CIVILES. Esos registros los llevaban las municipalidades, algunas de ellas estaban politizadas con alcaldes irresponsables, otras amenazadas por la guerrilla y por grupos de vecinos, otras simplemente desorganizadas. El resultado: operadores irresponsables, registros poco confiables, confusión de documentos, libros deshojados, hojas comidas por la polilla, libros quemados. 5) TRÁMITES RÍGIDOS. Para las correcciones o reposiciones de partidas los trámites son muy lentos; es claro que debe velarse por la seguridad jurídica, pero en algunos casos los criterios formalistas son extremos. A ancianitos que deben ser llevados, casi cargados, les piden copia de papeles que prácticamente son imposibles de obtener. Cabe agregar que la atención con ellos ha mejorado y que, afortunadamente, se han operado algunas reformas para facilitar estos trámites y que permiten algunas correcciones por la vía administrativa directa. Adicionalmente la Procuraduría General de la Nación está saturada de trabajo y más se espera en estas semanas finales del año. 6) ESPACIO REDUCIDO. En la “tarjeta” del Renap no es posible consignar las identificaciones de nombres como sí se podía hacer con la cédula. Por lo mismo van a tener problema quienes quieran identificarse o cobrar un cheque extendido a su favor pero con nombre escrito de forma distinta o tenga varios nombres. POCO TIEMPO: Finalmente cabe recordar que quedan menos de 2 meses para que tenga validez la cédula de vecindad y no se avizora ampliación alguna. ¿Qué va a suceder para que las personas se identifiquen en enero? Eso lo veremos el año entrante.