En una jornada de violencia, esta mañana fue encontrada la cabeza de una mujer en la colonia La Reformita, zona 12, mientras que en la zona 1 de Mixco y la ruta a Santa Elena Barillas, fueron encontradas dos personas muertas.

En la 7ª. avenida y 6ª. calle de la Colonia La Reformita fue encontrada la cabeza de una mujer, envuelta en una bolsa plástica.

Según el reporte de los Bomberos Municipales, el hallazgo ocurrió alrededor de las 07:00 horas.

Mientras que en la 10ª. calle y 3ª. avenida, entrada a la colonia Chipatalito, zona 1 de Mixco, fue encontrado el cadáver de un hombre, que oscilaba entre los 25 y 30 años, quien estaba dentro de una bolsa para dormir, o mejor conocida como sleeping bag.

Los Bomberos Voluntarios informaron que la víctima tenía una soga en el cuello, estaba empapada de sangre.

Se presume que los victimarios del hombre intentaron prenderle fuego. El fallecido fue trasladado como xx al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).

En otro hecho, en el kilómetro 36.4 ruta a Santa Elena Barrillas, fue hallado el cadáver de Óscar Leonel Hernández Solórzano, de 22 años, quien estaba apuñalado.

Las autoridades identificaron al hombre, a través del Documento Personal de Identificación (DPI).

OTROS HECHOS
Ayer, en otros hechos de violencia, la Policía Nacional Civil (PNC) y los cuerpos de socorro, informaron del hallazgo de restos humanos en la 2ª. avenida y 2ª. calle, de la colonia El Progreso, zona 11.

Minutos más tarde se informó del cadáver desmembrado de una mujer dentro de una maleta, en la 9ª. avenida final, zona 1 de Mixco.

Los fragmentos humanos se encuentran en el Inacif, para ser identificados por las autoridades y familiares de las víctimas.

Fuentes del Inacif explicaron hace algún tiempo, que para identificar a una víctima descuartizada es necesario realizar varios procedimientos, que en ocasiones pueden ser complicados.

Uno de los métodos consiste en observar que los miembros de un cuerpo correspondan a una misma persona; se trabaja con métodos de análisis visual y en ocasiones, los familiares o amigos de la víctima lo pueden constatar a través de tatuajes o cicatrices.

Si no es posible de esa forma, se procede a una prueba dental; se solicita su ficha al médico que le atendió y se compara con el fallecido; también se realizan análisis de huellas, archivos policíacos y datos de registro de la identidad de las personas.

El último recurso es a través de la genética y para ello es necesaria la intervención de un pariente, esa comparación se hace por medio de Ácido Desoxirribo Nucleico (ADN).

El tiempo para identificar a la persona muerta varía según el caso, pues en ocasiones es necesario esperar a que todos los restos de la víctima ingresen al Inacif, aunque hay casos en los que no aparece una o varias partes.

Actualmente, el Código Penal no reconoce un descuartizamiento como tal, sino que lo tipifica como asesinato con agravantes.  La pena para el delito puede ser de entre 25 y 50 años.