Rusia a la ofensiva militar y diplomática


Postura. El presidente ruso, Vladimir Putí­n, se ha mostrado en contra de las intenciones de EE.UU. de instalar un escudo antimisil.

El ensayo de un nuevo misil intercontinental ruso contra un «sistema de defensa antimisiles», que sólo puede ser el de Estados Unidos y la OTAN, refleja la nueva postura militar y diplomática más ofensiva de Moscú de cara a Occidente, según expertos.


«Es una respuesta polí­tica y militar de los rusos», señaló hoy un diplomático de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

Justo antes del anuncio del éxito del ensayo balí­stico, el presidente ruso Vladimir Putin habí­a afirmado que la extensión del escudo antimisiles norteamericano a Europa Oriental transformará al Viejo Continente en un «polvorí­n».

«En un contexto general que no es bueno, el ensayo no tiene nada de sorpresivo tras las declaraciones de Putin», agregó el diplomático, precisando que los ministros de Defensa de los 26 paí­ses de la OTAN tendrán la ocasión de discutir con su nuevo homólogo ruso Anatoli Serdioukov el próximo 14 de junio en Bruselas.

Entre tanto, y por pedido de Rusia, el 12 de junio tendrá lugar en Viena una conferencia sobre la revisión del Tratado de Reducción de Fuerzas Convencionales en Europa (FCE).

«Se avecina un diálogo entre sordos que tendrá como resultado la partida rusa del tratado FCE», pronosticó ese diplomático.

Según la comandancia estratégica de Moscú, el exitoso ensayo el martes de artefacto bautizado RS-24 «refuerza las posibilidades militares de la fuerza de ataque rusa para eliminar sistemas de defensa antimisiles».

Esos sistemas sólo pueden ser elementos del escudo antimisiles balí­stico instalados por Estados Unidos en Alaska y Caifornia, por ejemplo. O también la extensión de ese escudo en Europa Central, que los norteamericanos negocian desde principios de 2007 con Polonia y República Checa, a pesar de la férrea oposición de Rusia.

Si el contexto diplomático en el que tuvo lugar el ensayo del nuevo misil ruso es transparente, al igual que el mensaje de Moscú, más difí­cil es conocer su importancia técnica.

Un portavoz de las fuerzas estratégicas rusas afirmó que se trataba de un «nuevo misil», incluso si «utiliza tecnologí­as del Topol-M», misil móvil denominado SS-X-27 por la OTAN.

Sin embargo, el ministerio ruso de Defensa se negó a revelar las caracterí­sticas del artefacto.

En cuanto a los especialistas occidentales, no estaban en condiciones el miércoles de confirmar la existencia de un nuevo misil.

«Lo que es seguro es que se trata de una nueva denominación. En cuanto a saber si ese misil es verdaderamente nuevo, nuestros expertos lo están verificando», declaró a la AFP Claire Brunaus, una responsable de prensa de Jane’s, el prestigioso instituto londinense de investigación de armamento.

Según un experto de la Fundación de Investigación Estratégica (FRS) de Parí­s, Bruno Gruselle, «la designación del nuevo misil que los rusos comenzaron a desarrollar a fines de los años 90 era hasta el presente RS-12».

Este misil estaba destinado a reemplazar al Topol, alias SS-25, según la denominación de la OTAN, del cual el Topol-M es una variante. Todos estos misiles tienen en común el hecho de ser móviles.

«Esto procura una gran flexibilidad a las militares a la hora de apuntar. Y ningún sistema de defensa antimisil está lo suficientemente perfeccionado para rechazarlos», estimó Gruselle.

«Se avecina un diálogo entre sordos que tendrá como resultado la partida rusa del Tratado de Reducción de Fuerzas Convencionales en Europa».

Diplomático de la OTAN.