La ética de trabajo


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Esta semana es la semana de la Selección de Futbol y la caducación del “sueño guatemalteco”. Muchos guatemaltecos presenciamos el martes en la noche como nos quedamos fuera de avanzar a la hexagonal final de la clasificación del Mundial y como el sueño de ir a un Mundial por primera vez nuevamente no se hace realidad.

POR PABLO ACUÑA

Otra clasificación sin lograrlo pasa y nos quedamos nuevamente esperando con muchas ansias que llegue otra vez la siguiente oportunidad. Ha habido toda clase de reacciones por parte de los guatemaltecos, entre ellas: crítica, desilusión, tristeza. Y por el otro lado ha habido un pequeño grupo de personas que han mostrado apoyo. En mi opinión, es difícil determinar con exactitud qué es lo que pasa y por qué no somos capaces de lograr mejorar nuestro nivel futbolístico. ¿Cómo países vecinos como Honduras y Costa Rica han logrado avanzar y mejorar más que nosotros? Para lograr el éxito deportivo, son cosas que nos debemos preguntar y también analizar qué es lo que no está funcionando para ver la manera de cambiarlo.

En mi opinión, actualmente hay dos maneras de que logremos avanzar en el futbol. Una es maximizando el potencial de los jugadores actuales que tenemos y otra es trabajar en un sistema eficiente de desarrollo para los jugadores del mañana. Para poder desarrollar las habilidades y el talento considero que principalmente se requiere de una ética de trabajo muy buena. Los jugadores guatemaltecos tienen suficiente talento para poder lograr clasificar para el Mundial, pero se debe maximizar y desarrollar este talento. Muchas veces en Guatemala pensamos que nada más con tener talento es suficiente. Pero en realidad la manera que nos preparamos determina en su mayoría los resultados. Si uno pone mucho empeño en la preparación y se mentaliza correctamente, es muy poco probable no lograr el éxito.

Hay una frase del boxeador Rocky Marciano que tengo colgada al lado de mi cama para cada día recordarme de la manera que debo prepararme para lograr el éxito. Rocky comenta cómo el box es un deporte sumamente duro. Que no hay duda que el hombre es un ser competitivo y que no hay lugar donde lo sea más que dentro del ring. Dentro del ring no hay segundo lugar, ya sea se gana o se pierde. Cuando se le llama a alguien un campeón, es porque no pierde. Dice que una pelea profesional puede durar hasta 45 minutos, así que requiere de mucha preparación física y mental para poder hacerlo. Dice que un boxeador debe entender el dolor. Hay dolor en el entrenamiento, en correr ese kilómetro extra, cuando las piernas se sienten como que si fueran de plomo. También hay dolor en el entrenamiento monótono agotador. Pero que hay una razón para soportar este dolor. Porque cuando se pone el primer pie dentro de ese ring, se da uno cuenta que valió la pena. Si has llevado a tu cuerpo a su mejor condición posible, hay una cosa menos de que preocuparse. Puede ser que te dé un minuto más de resistencia, y ese minuto te puede ganar la pelea. También por el otro lado está el miedo. Siempre está presente. No se está en el ring para demostrar el coraje, se está ahí para ganar la pelea. Así que se maneja el miedo astutamente, quizás hasta se usa. Pero se tiene detrás de uno, pero sino se está completamente preparado para la pelea, pasa delante de uno y ahí se terminó la cosa. ¨Para ganar se requiere de una entrega completa de mente y cuerpo. Cuando no se hace esa entrega, a uno no lo llaman Campeón.¨ Rocky Marciano.

Creo que hay una valiosa lección que aprender de Rocky Marciano y su manera de enfocar su preparación. Entrenar bien para cuando llegue la hora de la competencia, estar más que listo. Rocky logró obtener un récord impecable de 49-0 y fue el único campeón de pesos pesados que tuvo una carrera con un récord perfecto. Así que creo que más o menos sabía lo que estaba haciendo!

Tratemos de inculcar esta ética de trabajo en el deporte nacional y no cabe la menor duda que empezaremos a ver mejores resultados. Por el otro lado, nosotros mostremos el total apoyo a la selección, en las buenas y en las malas. ¡Arriba Guatemala y a mantener la frente en alto! ¡Somos capaces de cosas grandes! ¡Nuestro tiempo vendrá!