Los ministros de finanzas del mundo demandaron hoy la adopción de medidas rápidas y efectivas para salvaguardar el crecimiento económico que se debilita y restaurar la confianza que se pierde.
«La expansión económica global se ha desacelerado y persisten incertidumbres sustanciales y riesgos de efecto negativo», advirtió un comité asesor del Fondo Monetario Internacional en un comunicado durante la clausura de la reunión anual del FMI. También exhortó a las economías desarrolladas a emprendan las reformas estructurales necesarias, así como «planes fiscales creíbles».
La comisión consideró necesario aplicar medidas decisivas para «romper ciclos de retroalimentación negativa y restaurar la economía global para ponerla en la ruta de un crecimiento fuerte, sustentable y equilibrado».
De igual manera, instó a las economías emergentes a que adapten sus propias políticas a fin de que contribuyan a contrarrestar la desaceleración del crecimiento en Europa y Estados Unidos.
La reunión anual del FMI y del Banco Mundial, efectuada este año en Tokio, puso de relieve el descontento de los diversos países ante el lastre que ha acarreado al crecimiento la persistente crisis por la deuda en Europa.
También destacó la alarma de esas naciones ante las posibles secuelas para la propia economía más grande del mundo, Estados Unidos, sí ésta no supera el estancamiento en torno a su déficit fiscal.
«Una solución duradera a la crisis en el área del euro suministraría el anhelado impulso para la recuperación mundial», señaló Yi Gang, vicegobernador del banco central de China a sus colegas durante la sesión del sábado del Comité Internacional Monetario y Financiero, del FMI.
Yi dijo que la incertidumbre sobre las deudas gubernamentales en Estados Unidos y Japón estaba frenando el paso de la recuperación y causando «costosos efectos de colaterales en el resto del mundo».
En su «Agenda de política global», Christine Lagarde, la directora gerente del FMI, hizo una declaración de tono relativamente sombrío.
«Mucho se ha hecho, pero —debido a un progreso limitado en corregir problemas legados como las secuelas del endeudamiento y débiles sistemas financieros así como la continua incertidumbre en políticas cruciales— la confianza todavía necesita ser restaurada», se dijo en la agenda.
Aunque la reunión se enfocó principalmente en la crisis que afrontan las economías más grandes, el FMI y el Banco Mundial —que tienen como misión combatir la pobreza— también enfatizó en la necesidad de que se contribuya a la protección de los pobres que ha dejado la desaceleración en las naciones más ricas.
El FMI anunció que canalizaría recursos por mil 100 millones procedentes de las ventas extraordinarias de oro al fortalecimiento de los fondos destinados como créditos favorables para los países de bajos ingresos.
La reunión en Tokio de las principales autoridades financieras del mundo ha sido eclipsada ante el riesgo de que Estados Unidos se dirija hacia un «precipicio fiscal» —de aumentos en la captación fiscal y profundos recortes al gasto en 2013_, a menos de que el gobierno y el Congreso de Estados Unidos superen el estancamiento en las negociaciones sobre el presupuesto.
Esa perspectiva adversa asestaría un severo golpe a la economía y socavaría los progresos logrados desde la crisis global de 2008.