Muchas páginas se han escrito en los últimos días, en relación con el tema de la educación, es un tema prioritario siempre. Nadie se opone a una educación de cobertura nacional, es decir universalizarla y de calidad. Estas premisas están establecidas en la Constitución política de Guatemala, ahora bien, el cómo es el problema no se trata simplemente de crear escuelas, de crear plazas de maestros y promover un proyecto educativo, se trata de promover una serie de cambios cuantitativos y cualitativos en educación, se trata de establecer un sistema educativo, coherente con la realidad existencial del hombre y de la mujer guatemaltecos hoy, aquí en Guatemala.
Un sistema que responda a las necesidades de los millones de guatemaltecos pobres, privados de todo se trata de un trabajo educativo que ayude a salir de los problemas socioeconómicos y políticos actuales se trata de responder a los niños y jóvenes que hoy se ven en la necesidad de tomar dos opciones: o se mueren o se unen a una mara, esta realidad es la que debe ser cuestionada desde un proyecto educativo guatemalteco, uno de estos proyectos es el que se inició hace ya diez años, cuando se firmaron los Acuerdos de Paz. Se trató de una propuesta de nación, un plan de Estado de largo plazo.
Un programa en el que se buscaba resolver los diversos problemas de Guatemala, a partir de un ambicioso programa integral, participativo, democrático y desde la realidad multicultural guatemalteca, pero los políticos y los gobiernos de turno no quisieron, no les interesó, ello implicaba hacer de los guatemaltecos, personas con juicio crítico, aquí está el punto central de los Acuerdos de Paz, de la reforma educativa, pero esto no se pudo realizar por ello es que cada año hay manifestaciones de inconformidad, porque no se han tomando en cuenta en la diversas gestiones de gobierno, a los Acuerdos de Paz en forma real y concreta ojalá que hoy, los diversos candidatos los tomaran en cuenta.
La educación no escapa a este escenario, la educación no escapa a esta problemática de miseria y de abandono que se vive hoy, sería interesante analizar el mensaje que los obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala, publicaron el 20 de abril de 2007. Hay allí un análisis objetivo, que puede ilustrar muy bien las causas profundas del malestar generalizado. Que los maestros se manifiesten de una manera talvez extrema, es cierto, pero debe analizarse las causas estructurales y desde allí buscar soluciones efectivas y no sólo remedios momentáneos. Seguramente el año próximo habrá nuevas protestas, porque no hay un plan de educación de largo alcance e integral, la reforma educativa ya lo propuso, pero no le dieron la importancia debida, lo marginaron.