DISLEXIA
Según el DRAE significa: «Incapacidad parcial de leer comprendiendo lo que se lee, causada por una lesión en el cerebro». Es la perturbación de la capacidad de leer o de comprender lo que se lee en voz alta o en silencio, independiente a cualquier defecto del habla, la dislexia se manifiesta aún en niños con inteligencia normal y sin trastornos psicomotrices que no consiguen aprender a leer a pesar de estar en edad escolar normal.
El disléxico confunde las letras gráficamente la p con la q; la b con la d, invierte las letras y sílabas, las omite o los añade, lo que ocasiona incomprensión en su lectura y por lo tanto una mala asimilación del aprendizaje; según estudios psicológicos algunas causas también son de índole pedagógica (la didáctica del maestro aplicada en los primeros años escolares) aunque no se descarta una lesión cerebral.
La familia es muy importante para la superación de este trastorno, el involucrarse con el trabajo de la institución educativa y el niño, son factores importantes para su mejoría, también la ayuda profesional de un psiquiatra, si fuese necesaria la aplicación de fármacos que ayude a minimizar problemas de carácter e inestabilidad emocional.
Los niños disléxicos manifiestan cambios en su carácter e inestabilidad emocional, son problemáticos en su ámbito social, escolar y familiar, por lo que es recomendable su integración a centros escolares especiales con orientación psicopedagógica para recibir tratamiento adecuado que le permita mejorar su conducta y rendimiento escolar.
ALZHEIMER
Es la forma común de demencia en personas de edad avanzada, se clasifica según la edad de su inicio: precoz cuando aparece en personas menores de 65 y tardío cuando son mayores de 65 años. Su deterioro es progresivo, dependiendo de la constitución física, régimen alimenticio y en general, los hábitos de vida del paciente. Es muy fácil que esta enfermedad se confunda con el proceso natural de pérdida de facultades denominado «etapa senil»
La pérdida de memoria es el síntoma inicial, reciente y remota, se torna repetitivo en su conversación, desaliño personal, se pierde en lugares nuevos, dificultad para recordar acontecimientos lejanos, presenta insomnio, irritabilidad, alucinaciones auditivas y visuales; la familia puede pensar que el paciente no se preocupa por estos aspectos, pero en sus momentos de lucidez puede manifestar descontento.
Las ventanas de lucidez, son los momentos en que el paciente manifiesta estar en contacto con la realidad, éstos varían en intensidad y duración y deben ser aprovechados por sus familiares para acercarse a él en forma física y emocional.
Existen medicamentos que no curan esta enfermedad, pero ayudan a frenar el deterioro orgánico. Según especialistas médicos indican que el término de permanencia de la enfermedad oscila aproximadamente entre siete y diez años, finalizando con el colapso total de funciones mentales y básicas, no se conoce exactamente su etiología u origen, se atribuye a factores hereditarios.