A solo 12 días de la elección presidencial en Venezuela, en donde el candidato favorito es el actual presidente Hugo Chávez, el ambiente se calienta aumentando los temores de una embestida de los sectores más retrógrados tanto locales como extranjeros, para asaltar el poder y destruir los grandes avances de la Revolución Bolivariana.
El pasado fin de semana, el analista político Diego Olivera, de Barómetro Internacional, redactó un artículo difundido por la Agencia Argentina de Prensa, Argenpress, sobre las expectativas del evento electoral.
Olivera dice que las principales encuestadoras serias, tanto del oficialismo como de la oposición, coinciden en que la diferencia entre el presidente Hugo Chávez y el candidato de la oposición Henrique Capriles es de más del 18 por ciento, diferencia caracterizada por esas empresas como irreversible.
Pero curiosamente han surgido algunas encuestas de empresas fantasma, que dan un empate técnico o dan como ganador a Capriles. De la misma manera, medios internacionales como el periódico El País de España, de Miami y CNN de Estados Unidos, se han sumado a este montaje de laboratorios mediáticos para favorecer la imagen de Capriles, quien es el candidato de la empresa privada de Venezuela y del gran capital a nivel internacional.
Se ha montado una campaña perversa creando una imagen antidemocrática del Gobierno de Caracas, acusando de dictador al Presidente Chávez y de violador de derechos humanos. Olivera dice que se trata de una maniobra para desvirtuar y deslegitimar las elecciones del próximo 7 de octubre, en las cuales sin duda el Presidente venezolano obtendrá el triunfo de manera arrolladora.
Recientemente, el Canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció la existencia de todo un esquema de desestabilización alentado por la oposición.
Desde el exterior está en proceso un maquiavélico plan intervencionista. Un ejemplo de esta postura son las declaraciones del ex embajador de Estados Unidos en Venezuela Patrick Duddy, quien “recomendó al gobierno de su país intervenir la nación sudamericana, luego de las elecciones presidenciales el próximo 7 de octubre, para apoyar un proceso de transición”.
Diego Olivera dice que el sistema de Venezuela no solo es rápido sino transparente, pues está dotado de un impresionante blindaje para evitar la manipulación de datos.
Aunque este sistema es reconocido como uno de los más seguros del mundo, algunos grupos de la oposición se han dedicado a sembrar dudas sobre el mismo para llevar adelante su acción de desconocer los resultados, apoyándose en niveles de violencia en las calles, favoreciendo la injerencia extranjera al estilo de Libia o el modelo de agresión contra Siria.