La Asociación Bolivariana de Guatemala, que me honro en presidir, desea rendir por mi intermedio su emocionado homenaje de respeto, gratitud y veneración, al cumplirse este 24 de julio, 229 años del nacimiento de don «Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios».
Carlos Adolfo Morales
La cuna del Libertador fue Venezuela en donde nace en el año 1783. Sus padres fueron don Juan Vicente Bolívar, quien fallece el 19 de enero de 1786, o sea antes de cumplir su hijo 3 años. Por si esto no fuera suficiente desventura para su hijo, la señora madre de Simón Bolívar, doña María de la Concepción Palacios y Blanco fallece el 6 de julio de 1792, cuando el niño Bolívar apenas cumplía 9 años.
A los 12 años de edad el preadolescente tiene que abandonar la casa de su hermana María Antonia, quien está casada con Pablo Clemente Francia. Esto trae como consecuencia un pleito ante la Real Audiencia, que fallaron a favor de un tutor, que en este caso es el maestro Simón Rodríguez, quien a la postre tendrá una gran influencia positiva en el joven discípulo, y gracias a ello se considera que esta circunstancia salvó del naufragio de un trauma a su alumno.
Al maestro Rodríguez le reconocerá siempre Simón Bolívar, y así lo expresa: «Ud., formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Ud., me señaló, no puede Ud., figurarse cuán hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que Ud., me ha dado, no he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que Ud., me ha regalado».
Pero alguien más tuvo participación positiva en la formación del Libertador. En 1797 recibe Bolívar lecciones con Andrés Bello. Casi para cumplir 16 años, en marzo de 1799, estando en Madrid en donde tiene familiares, recibe mucha orientación del marqués de Ustariz, lo cual incrementa su acervo y autoestima. Le brindan la oportunidad de vivir en casa de los tíos del Marques, y es aquí en donde conoce a María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, con quien contraerá matrimonio por medio del Permiso Real dado por el Rey el 15 de mayo de 1802, y la ceremonia se realiza el 26 de mayo en la Iglesia Parroquial de san José. Desafortunadamente este matrimonio dura muy poco, ya que María Teresa contrae una fiebre maligna, que en la actualidad se conoce como fiebre amarilla. El 23 de enero de 1803, ella fallece, el entierro se hace en la Catedral de la Santísima Trinidad, o sea que la felicidad de estos esposos no dura siquiera un año.
Es de imaginar el dolor del joven viudo de 19 años de edad, Simón Bolívar llevaría el recuerdo de su esposa en el corazón, pero tenía que seguir viviendo. Reflexiona que debe continuar adquiriendo conocimientos, y se da a la tarea de leer periódicos y toda clase de libros, filosóficos, políticos, etc., esto le proporciona una panorámica amplia de su entorno.
Asisten en Italia a la coronación de Napoleón en compañía de su amigo y maestro Simón Rodríguez, y luego pasan a Roma donde sobre una de las siete colinas, Bolívar pronuncia su profético juramento sobre el «Monte Sacro», que dice, «Juro delante de usted, mi querido maestro, juro por el DIOS de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que no haya roto las cadenas que nos opriman por voluntad del poder español».
De la figura y personalidad del Libertador se han escrito muchos libros en el mundo. Guatemala no ha sido la excepción, incluso uno muy interesante que creó polémica entre el destacado periodista guatemalteco, nacido en Jalapa, licenciado Clemente Marroquín Rojas y varios ministros y funcionarios que representaban a Venezuela, Perú, Panamá, Colombia, Ecuador y Bolivia. El artículo que dio inicio a esta polémica fue publicado en el Diario La Hora, con fecha 16 de enero del año 1948, finalmente el resultado de los desacuerdos se convirtió en el famoso libro: «El retorno a Bolívar», publicado en 1972.
Me siento emocionado al escribir algunos datos destacados de la vida polifacética del Libertador, a quien admiro, respeto y venero por la grandeza de su alma, por la generosidad de sus sentimientos, por sus ideales y por su amor fraternal a la humanidad, pero sobre todo por su anhelo de que América fuera una: UNIDA Y PRÓSPERA.
En América y en el mundo se conoce el pensamiento político de Bolívar, y esto se hace evidente cuando varias organizaciones internacionales han tomado como base algunos de sus fines y objetivos propuestos además de sus principios americanistas y humanísticos, me refiero como ejemplo de ellos a: Las ligas de las naciones y la Unión Panamericana, las Naciones Unidas, y la Organización de los Estados Americanos.
La polifacética personalidad del Libertador lo abarca todo: Estadística, guerrero, político, sociólogo, pero sobre todo…, fraternal amigo, y esto lo ratifica cuando dice: «LA AMISTAD ES PREFERIBLE A LA GLORIA».