El pueblo de Guatemala es “la gallina de los huevos de oro” (I)


francisco-reyes

Los medios de comunicación social se han referido al alza de los precios de la canasta básica. El 19 de septiembre en un artículo titulado “La gallina de los huevos de oro” se hacía el análisis que una gallina ponedora, durante los 18 meses de vida útil en promedio produce 450 huevos en total, los que al precio de Q1.35 significan Q607.50 de producción.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com


Adicionalmente, hay que sumar el valor en que se vende la gallina como proteína animal al término de esos 18 meses, asumiendo que se venda en Q25 promedio, el industrial dedicado a esta actividad recibe Q632.50 en ese lapso de tiempo. A esa cantidad, utilizando los números de la publicación, debe restársele Q310 del costo de la gallina, lo que produce una diferencia de ingresos versus egresos de Q322.50, más del 100% de ganancia. Si nuevamente lo dividimos por 450 huevos de producción por gallina, significa 71 centavos con 67 centésimas de rentabilidad por huevo producido y vendido a ese precio.

¿Cómo se divide esa utilidad bruta? dependerá del mercadeo y del número de intermediarios involucrados en el mismo, la rentabilidad es distinta si se vende en los mercados cantonales sin factura, que en los supermercados del país o en uno de los restaurantes donde al huevo se le agrega un enorme valor adicional al cocinarlo y servirlo como alimento.

El 20 de septiembre, al referirse al pan, se publicaba: el francés popular se vendía a 30 centavos por unidad y ahora hasta 38 centavos por unidad; el pan dulce redondo antes se vendía a 30 y ahora a 40 centavos por unidad; las champurradas se vendían a 35 por unidad y ahora a 50 centavos, la hojaldra se vendía a 35 centavos y ahora hasta 50 centavos, y así sucesivamente, las rosquillas, el mollete, el cacho y el pan sándwich que por venderse en el país por unidad y no por peso permite que de un quintal de harina se obtenga hasta más del ciento por ciento de utilidad o rentabilidad en su mercadeo y venta, lo que implica que cualquier alza en las materias primas para producir huevos, pan, pollo, tortillas, etc., en nuestro país se convierte en un enorme lucro en detrimento del pueblo consumidor que para su mala suerte son los principales compradores de los alimentos de la canasta básica y que no pueden cambiar de la noche a la mañana los salarios mínimos, las bonificaciones salariales; es decir, su ingreso diario o mensual que es fijo, que salvo empresarios conscientes no se incrementa más que cuando el Ejecutivo reajusta los salarios mínimos o el Legislativo actualiza las bonificaciones salariales, que según las leyes laborales son obligatorias de pagar y que muchos empresarios, faltos de moral y ética, no cumplen.

Obtener lucro es lícito y normal en todos los empresarios sin excepción, pero abusar del consumidor de forma desproporcionada riñe con todo principio ético, moral, especialmente cuando quienes se verán afectados son los niños y la población que se encuentra en pobreza y en extrema pobreza.

El Presidente, la Vicepresidenta, el Organismo Legislativo tienen la obligación de evitar los extremos, los abusos, de lo contrario no están cumpliendo con sus deberes de representar al pueblo que los eligió, de velar por la ecuanimidad, de impedir los monopolios y carteles; no hacerlo es servir a unos pocos en detrimento del 99% de los habitantes del país. Es eso lo que produce las rebeliones sociales, es eso lo que obliga a los cambios violentos, es eso lo que inestabiliza a cualquier sociedad. Por ello, los funcionarios electos no pueden permanecer indiferentes.

¡Guatemala es primero!
Continuará