La Cámara de Representantes votó ayer para poner al gobierno en piloto automático por seis meses como su último acto de importancia antes de las elecciones de noviembre e irse de Washington la semana entrante para hacer campaña de reelección.
El candidato republicano a vicepresidente Paul Ryan regresó al Capitolio para votar por la medida a pesar de que permite el gasto a un ritmo mayor al restrictivo plan de gastos que propuso hace unos meses y que ha ayudado a definir la reñida contienda por la Casa Blanca.
El presupuesto temporal evitará que el gobierno deje de funcionar cuando expire el actual año fiscal el 30 de septiembre. La medida financia el presupuesto operativo de agencias federales que reciben fondos anuales del Congreso.
La iniciativa fue aprobada ayer con una votación 329 a favor y 91 en contra y fue enviada al Senado, donde se espera sea aprobada la próxima semana para luego ser promulgada por el presidente Barack Obama, coronando cuatro años de inutilidad y estancamiento a pesar del difícil acuerdo presupuestal alcanzado el año pasado.
El proyecto financiará al gobierno hasta el 27 de marzo y quita a los legisladores salientes la carga de tratar de aprobar un proyecto de antología durante una sesión poselectoral.
Aunque excluye la posibilidad de que el gobierno se paralice, la medida aprobada ayer deja en su lugar el llamado abismo fiscal, una combinación de recortes automáticos al gasto y aumento de impuestos que golpearán a la economía en enero. Más de 100 mil millones de dólares en recortes a programas militares se avecinan como castigo porque el año pasado un supercomité no pudo lograr un pacto para reducir el déficit. Los recortes automáticos al gasto entrarán en vigor al mismo tiempo que expiran las reducciones fiscales creadas en el gobierno del expresidente George W. Bush, y que fueron extendidas hace dos años.