El ejército libanés amenazó hoy con una respuesta «muy dura» a los islamistas de Fatah al Islam, atrincherados en el campo de refugiados palestinos de Nahr al Bared, en el norte de Líbano, tras un nuevo intercambio de disparos anoche.
El campo vivía este viernes un ambiente de calma frágil. La mitad de la población ha abandonado Nahr al Bared, mientras que el ejército ha reforzado sus posiciones en los alrededores.
Anoche, los combatientes islamistas y los soldados libaneses posicionados en torno al campo de refugiados intercambiaron disparos durante unos quince minutos, pese a la tregua entrada en vigor el martes.
«Ayer por la noche, (los islamistas) intentaron atacar una posición del ejército, pero los militares respondieron y han causado bajas entre ellos», declaró un responsable del ejército libanés que solicitó el anonimato.
«El ejército respeta la tregua pero responderá muy duramente si es atacado», añadió el responsable.
Por su parte, los islamistas aseguran que quieren respetar la tregua, pero se niegan a entregarse.
En total 78 personas han muerto en los combates que comenzaron el domingo, según un nuevo balance establecido hoy.
Durante la madrugada, el ejército libanés ha reforzado aún más su dispositivo en torno al campo de Nahr al Bared, adonde envió 15 tanques.
Los civiles palestinos seguían huyendo del campo hoy, aunque según organismos de rescate el flujo ha disminuido. Los servicios de rescate dijeron haber evacuado a 20 civiles por la mañana.
La mitad de los 31 mil habitantes del campo han aprovechado la tregua para huir.
Por otra parte, la ayuda militar estadounidense destinada al ejército libanés empezó a llegar el viernes, indicó una fuente diplomática occidental.
«Ocho aviones de carga de la Fuerza Aérea de Estados Unidos empezaron a entregar equipos militares y municiones al ejército libanés», declaró esta fuente.
El domingo y el lunes se esperan dos aviones militares estadounidenses Charlie 17, según una fuente militar libanesa.
Los equipos y las municiones, entre ellos camiones y piezas para helicópteros y vehículos, forman parte de un paquete de ayuda militar norteamericana de emergencia que se eleva a 30 millones de dólares, indicaron el martes el Departamento de Estado y el Pentágono.
En Beirut, el primer ministro Fuad Siniora reiteró el jueves que su gobierno estaba «decidido a erradicar los terroristas», y que descartaba negociar con los islamistas.
Fatah Al Islam está acusado de mantener lazos con la red Al-Qaeda y de servir a Siria para desestabilizar a Líbano, escenario de una grave crisis ligada a la creación de un tribunal internacional para juzgar a los asesinos del ex primer ministro libanés Rafic Hariri en febrero de 2005.
Siria, antigua potencia tutelar de Líbano, niega todo vínculo con Fatah al Islam.
La mayoría parlamentaria antisiria de Líbano acusa a la oposición, apoyada por Damasco y Teherán, de impedir la creación del tribunal internacional, que apunta a Siria como responsable del asesinato de Rafic Hariri.
La escalada de violencia en el norte de Líbano estalló justo después de que Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña presentaran en el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución vinculante que prevé la creación de dicho tribunal.