El encanto de las mañanas


cul8_1

Me fascinan las mañanas, me envuelven en un sentimiento de esperanza, mucho más cuando miro los destellos del sol en el cielo y la composición que hace con las nubes en un juego como para quedarse horas contemplándolas, deleitándose con esa amalgama de tonos y colores y observar cómo poco a poco van cambiando, van jugando, van luciéndose ante los ojos nuestros.

POR JUAN JOSÉ NARCISO CHÚA

Me fascinan las mañanas, me agrada mucho cada buenos días, cada saludo mañanero, como que significara mucho para cada uno; conseguir despertarse, lograr levantarse, contar con un nuevo día para vivir, sin duda las mañanas abre el espacio para dibujar nuevos retos, para empezar otra vez, para seguir luchando, para soñar más y más.

Me fascinan las mañanas, me dedico a observar a la gente, me gusta ver a los muchachos y muchachas retozando desde temprano, con esa belleza que permite la juventud, con esa fuerza de esos años, con esos ojos llenos de energía, bromeando, jugando, riendo, tal vez ellos, los jóvenes y muchachas, son más representativos de ese esperanzador buenos días, que podría significar en ellos vamos para adelante, el futuro es nuestro, pero el hoy es para hoy, para disfrutarlo, gozarlo, vivirlo con todo y con todos.

Me fascinan las mañanas, me encanta el juego de luces y sombras que provee la luz del sol, en su juego con las paredes, con los techos, con los árboles, con la grama, con los vidrios de los automóviles, con los destellos en los buses,  Me encanta ver el sol de frente a esa hora, porque se deja, permite que uno lo observe un poco más, me agrada sentir su calorcito, como si lo cobijara a uno con su luz para hacerlo más cómodo y feliz.

Me fascinan las mañanas, me gusta ver a la gente, veo como corren para el lugar donde van, me gusta visualizarlos y encontrar en ellos ese deseo de seguir adelante, esas ganas de sacar el día, ese inmenso placer por cumplir con sus propias responsabilidades laborales, pero también veo la esperanza porque cada día se construye algo diferente, algo nuevo, algo propio.  Me divierte contemplar las diferentes formas de vestirse, ahí van algunos serios con traje y corbata, ahí van otros menos formales, el jeans, la camisa de vestir y el saco de corduroy, también ahí van aquellos casuales totalmente, playera, jeans, zapatos cómodos.

Me fascinan las mañanas, me deleito con ver a los estudiantes, todos sonrientes, todos felices, no hay prisa, no hay problemas, no hay deudas, todo es presente, todo es futuro, el pasado es tan reciente que casi lo funden con su presente y lo integran a su futuro, es una vida rápida, alegre, sencilla, limitada pero siempre agradable,  Me gusta ver los uniformes de las colegialas, los grises, los azules, los blancos, los zapatos de jovencita, las faldas y sus calcetas hasta las rodillas.  Me agrada escucharlas curioso, sus tópicos son cortos, jocosos, bromistas, casuales.  Ellos y ellas son inmortales, esa gracia rebelde de la juventud, esa actitud displicente con la vida, vivir nada más.

Me fascinan las mañanas, me agrada observar a la gente dentro de los buses, algunos dormidos, otros despiertos, otros en ese espacio entre dormir y despertar.  Algunos van atentos, otros van absortos, otros contemplativos de ese espacio fabuloso y tan corto de las mañanas, otros leen, otros escuchan música en sus audífonos y otros, por supuesto, van embelesados enviando mensajes en sus celulares.  Me divierte sanamente ver a los predicadores, tanto en los buses, como en la calle, son atrevidos, no cabe duda, también me gusta ver a los vendedores de cualquier cosa desde temprano, ver las ventas callejeras llenas de gente comprando y comiendo, todos en solaz coloquio matutino, agradable, tranquilo, disperso.

Me fascinas las mañanas, cuando salgo a correr y me encuentro con otros corredores y corredoras, me agrada mucho intercambiar el buenos días, plantearnos el vamos adelante; decirnos con motivación correr es fabuloso.  Me fascinan las mañanas corriendo, ver cómo empieza a emerger el sol, tenuemente, con luminosos pero discretos destellos de luz entrecortados en el cielo, me encanta también correr después que ha llovido y ver el asfalto limpio, la grama verde, los árboles cargados de vida.

¡Ah!, me encantan las mañanas, espacios de vida para la vida.  Disfrutémoslas.