Así podría titularse una columna dedicada a los padres de muchos niños que sufren de abusos en Guatemala y el mundo; sin embargo, aunque es un tema importantísimo que debe de tocarse a fondo, ésta va dedicada a los llamados “Padres de la Patria”, a los diputados al Congreso de la República que actúan con indiferencia y a veces hasta abusan de los ciudadanos que les han otorgado el mandato de representarles.
En Guatemala, el pueblo es el soberano que delega el gobierno a sus autoridades. La potestad legislativa la tiene el Congreso formado por 158 diputados que tienen como funciones legislar y fiscalizar, entre otras. Estos diputados son electos cada cuatro años en el mismo evento en el que elegimos binomio presidencial, alcaldes y corporaciones municipales.
Esto provoca que la importancia de elegir representantes se diluya y compita con la de elegir otros cargos más ejecutivos y operativos que son los que a muchos ciudadanos más les interesan. Eso sumado a la forma de elección por listas cerradas, logra que sin mayor esfuerzo, colgándose de la campaña de otros candidatos, sean electos nuestros representantes. Siendo en última instancia los partidos políticos, quienes los eligen cuando integran dichos listados.
A pesar de eso, en las últimas elecciones, muchos ciudadanos y organizaciones buscamos visibilizar la integración de los listados y recoger sus promesas de campaña. En el Movimiento Cívico Nacional MCN, realizamos varios foros con los entonces candidatos y recogimos en audio y video sus discursos de campaña en los que el 90% de palabras giraban en torno a la transparencia y lucha contra la corrupción.
Sin embargo, luego de varios meses de legislatura, revisando nuevamente esas grabaciones, hemos visto que las promesas no se han cumplido. Para muchos esto no será sorpresa, para mí tampoco, era algo que se esperaba. La diferencia es que ahora como ciudadanos, muchos somos más conscientes y estamos dispuestos a no dejarnos utilizar, dispuestos a exigir el cumplimiento de los ofrecimientos, por una mejor Guatemala.
El incumplimiento de dichas promesas lo contrastamos con la participación de los representantes en todas y cada una de las 488 votaciones realizadas en el período del 15 de enero al 15 de agosto del presente año. Pudimos encontrar que hay al menos 39 diputados con un nivel de participación excelente, pues estuvieron presentes en más del 95% de las mismas y otro grupo de 31 legisladores con un nivel bueno, por encima del 85% de participación.
Del resto de diputados, 63 se encuentran dentro de los niveles regulares. Y hay un grupo de 25 que tiene niveles de participación pésimos por debajo de 61%. Entre estos últimos están personajes como Salvador Baldizón con 33.81%, Mario Taracena con 33.20% y Miriam Pineda con 12.25% (quien sustituyó al hoy PDH Jorge De León).
Cómo podemos esperar que las promesas de campaña sean cumplidas, si en principio la mayoría de los diputados participan muy poco en la actividad que se realiza en el Pleno. Por esto es que luego de meses una de las principales promesas, la Ley Contra la Corrupción, aún no ve la luz. Ésta y otras importantes cuestiones se han ido dejando por un lado, entre otras por la irresponsabilidad de muchos diputados que se ausentan de las votaciones permitiendo que se rompa el quórum y aplacen las sesiones.
Esta situación debe terminar, los diputados no deben seguir llegando “sólo a marcar tarjeta”, deben participar en todas las sesiones y votaciones que se lleven a cabo. Los ciudadanos debemos estar atentos para que entre los “Padres de la Patria” no vuelvan a haber más padres irresponsables.