Cuando manifesté que era necesario realizar “pequeñas” reformas constitucionales indiqué que consideraba que su número debía ser mínimo, es decir de 10 a 15 artículos máximo, pero no detallé con más detenimiento cuáles eran los aspectos que a mi entender el Estado necesitaba de esas reformas, aunque sí fui claro al precisar que uno de los aspectos más importantes era cambiar el sistema político nacional y al fortalecimiento de las instituciones en su integración y en su forma de trabajar, para que dejen de ser la mayor fuente de la corrupción y la impunidad.
En la Constitución deben hacerse reformas en el sentido de QUITARLE PODER POLITICO AL CONGRESO Y AL PRESIDENTE PARA QUE NO SEAN ESTA INSTITUCIÓN Y ESTE FUNCIONARIO QUIENES ELIJAN ENTRE OTROS: AL FISCAL GENERAL DE LA REPÚBLICA, A LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, A LOS MAGISTRADOS DE SALA, AL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN, AL SUPERINDENTE DE BANCOS (POR TENER A SU CARGO LA IVE), AL SUPERINTENDENTE DE ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA,, TENER EL CONTROL DE LA JUNTA MONETARIA A TRAVÉS DE LOS MINISTROS DE ESTADO Y TAMBIÉN TRANSPARENTAR LA FUNCIÓN DEL EJÉRCITO FUNDAMENTALMENTE EN EL MANEJO DE SUS FONDOS Y EN LA ACTUACIÓN DE SUS INTEGRANTES ESPECIALMENTE DEL ALTO MANDO, OTRA SERÍA CAMBIAR LA DESIGNACIÓN DE LOS MAGISTRADOS DE LA CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD, EN DONDE EL PRESIDENTE NOMBRA SU REPRESENTANTE, LO HACE EL CONGRESO, AMBOS POLÍTICOS HASTA LA SACIEDAD Y ÓRGANOS CORRUPTIBLES Y CON TENDENCIAS IDEOLÓGICAS O POLÍTICAS COMO LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, EL CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO Y EL COLEGIO DE ABOGADOS.
Debe también reducirse el número de diputados, pero no a 140, si no por lo menos a 100 como máximo, asimismo, debe de exigirse que quienes aspiren a esos cargos tengan requisitos adicionales para poder optar y no dejar todo simplemente en la edad y el ser guatemalteco de “reconocida honorabilidad” que es una verdadera porquería de falacia porque muy pocos en este país pueden calificar que una persona tiene honorabilidad o que es honorable, lo que por demás es una palabra subjetiva y ridícula.
Pero para los autores de estas “reformas” para combatir la corrupción e impunidad se aumentan los presupuestos de instituciones corruptas como el Organismo Judicial, y se les duplica los años que estarán en sus cargos para que sigan hartándose de dinero durante más tiempo. Vean los ejemplos: los magistrados de la Corte de Constitucionalidad, no serán 5, sino 10 y durarán 11 años en sus funciones; los de la Corte Suprema no durarán 5, sino 9 añotes y se aumenta el presupuesto del OJ; y los jueces y magistrados durarán 10 años.
Es increíble la mentalidad de los que realizaron las reformas, de los cuales solo uno es constitucionalista. y el mero jefe es doctor… pero en ciencias de la comunicación, por lo que no extraña que crean que para terminar la impunidad y la corrupción hay que dar más pisto y más perdurabilidad en el poder a quienes han demostrado no ser de “reconocida honorabilidad”.
Lo mejor es reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos, la Ley de la Carrera Judicial, la ley del Organismo Legislativo, crear una nueva Ley de la Policía Nacional Civil , emitir una nueva Ley Orgánica del Ejército para que se incluya un capítulo especial sobre el manejo y publicidad de sus finanzas, aprobar la ley de Enriquecimiento Ilícito que después de varios años los HONORABLES diputados se niegan a conocer, modificar la Ley de Antejuicio, y la de la Contraloría General de Cuentas, eliminar la ley de comisiones de postulación o reformarla. En resumen, si los diputados no detienen estas “reformas” que lo haga el pueblo diciendo NO, aunque, lamentablemente se pierdan algunas que sí merecen la pena.