El mes pasado, leí el artículo de Carolina Escobar Sarti, en el cual hace alusión a dos temas: el Popol Wuj y el caso Belice, en donde pregunta: “¿Qué sería más barato, pensar en recuperar algo más nuestro que un país que ya es independiente de Inglaterra y que no tendríamos a quién pelearle?”
Bueno, no obstante la independencia de Belice, Inglaterra no lo pierde de vista y cuando hay un atisbo de recuperarlo de nuestra parte, envía sus barcos de guerra y sus aviones. Antes de la independencia los beliceños que venían a Guatemala decían que no querían a la British porque solo los utilizaban para sacar «la miorda», los bacines, pero ahora que son independientes piensan de otro modo.
El expresidente Miguel Ydígoras Fuentes en una de sus conferencias a la Prensa dijo que Belice era (no recuerdo la palabra que usó), pero es algo así como sinónimo de pretexto para que el Ejército tuviera algo en que pensar, a más de ser un distractor.
El otro tema a que hace referencia Carolina, es al original del Popol Wuj, que expresa se encuentra en la Biblioteca de Newberry en Chicago, y que ella sueña con motivo del Oxlajuj Baktun fuera devuelto al pueblo maya.
En otra parte de su artículo, Escobar Sarti dice: “déjenme ir a la utopía: ¿Por qué no pensar en un acto colectivo por medio del cual varias naciones y colecciones privadas acordaran devolverle a Guatemala sus bienes patrimoniales?”
Continuamente en los medios informativos se da cuenta del saqueo de que son objeto estos bienes patrimoniales para llevarlos al extranjero en donde son vendidos a buen precio, pero esta acción deviene en un delito, entonces como se dice: «hechor y consentidor pecan por Igual», con lo que quienes los adquieren se hacen igualmente acreedores a ese delito y por lo tanto, lo mejor sería devolverlos a sus legítimos dueños.
No se si el Gobierno de Guatemala se animaría por medio de los canales diplomáticos correspondientes a reclamar esa devolución, y buscar los medios para convencer a los coleccionistas privados de los Estados Unidos y por nuestra parte a otros países, para que igualmente devuelvan los que tienen en su poder.
En otro tema, pero siempre en pro del afianzamiento de nuestra identidad tan venida a menos, se me ocurre que en las escuelas públicas y en todo el sistema educativo se estableciera que los alumnos de los seis grados de primaria tuvieran que leer esos artículos, así como ver y analizar las páginas en donde se dan a conocer todas las bellezas que se encuentran en todo el territorio nacional y que hacen referencia a nuestro glorioso pasado maya, pero que aún está presente, pues en todo el territorio nacional tienen presencia los mayas, y luego comentarlos en clase.
También deberá indicarse a los alumnos que pongan atención a los reportajes que se presentan en los canales de televisión relacionados con este terna, en donde a todo color se ve la magnificencia de nuestra Tierra.