Rory Mcllroy validó su triunfo en el Abierto de Estados del año pasado con establecimiento de un récord al barrer ayer a sus adversarios en Kiawah Island.
Un último birdie de más de siete metros (25 pies) en el hoyo 18 le dio una última ronda de 66 golpes, seis bajo par, para un triunfo por ocho golpes de ventaja al terminar con menos 13, totalizando 275, rompiendo la marca de margen de victoria del PGA Championship que estableció Jack Nicklaus en 1980.
El norirlandés de 23 años regresó al primer lugar del escalafón mundial y se convirtió en el jugador más joven desde el español Severiano Ballesteros que gana dos majors. Tiger Woods tenía aproximadamente cuatro meses más de edad que McIlroy cuando ganó su segundo torneo major.
Al igual que en el Abierto de Estados Unidos, éste triunfo nunca estuvo realmente en duda.
McIlroy tomó el control con birdies consecutivos la mañana de ayer para completar la tercera ronda —que fue aplazada el sábado por tormenta— con tarjeta de 67 golpes, construyendo una ventaja de tres. Nadie se acercó a más de dos golpes el resto del camino, y McIlroy cerró una semana asombrosa jugando sin bogey los últimos 23 hoyos en el demandante campo de golf Ocean Course.
David Lynn, inglés de 38 años que jugó en Estados Unidos por primera vez, ganó el B-flight. Cerró el campeonato con ronda de 68 golpes y un total de 283, cinco abajo del par de campo, para quedar en segundo lugar.
Woods, quien compartió el liderato luego de dos rondas por segunda ocasión en el año en un torneo major, nunca fue una amenaza seria. Desperdició sus oportunidades el sábado antes de que soplara la tormenta y nunca pudo acercarse más allá de cuatro golpes. Terminó con tarjeta de 72 y total de 286, dos bajo par.
Justin Rose (66 en la última ronda), Keegan Bradley (68), Ian Poulter (69) y Carl Pettersson (72) totalizaron 284 golpes, cuatro bajo par.
El único problema que tuvo McIlroy en Kiawah Island se registró el sábado cuando su golpe de salida en el hoyo tres se metió en un árbol. Sólo pudo encontrar la bola con ayuda de trabajadores de la cadena de televisión, tomó su golpe de castigo y realizó un golpe con su wedge que lo acercó a poco menos de dos metros del hoyo (seis pies) para salvar el par. A partir de ahí no perdió el impulso.
McIlroy también ganó el Abierto de Estados Unidos con ocho golpes de diferencia, el tipo de dominio que mostró Woods durante muchos años.
«Fue una gran ronda de golf. Estoy sin palabras», dijo McIlroy después de recibir el Trofeo Wanamaker, el más pesado de los cuatro majors. «Ha sido sencillamente increíble. Tuve un buen sentimiento al respecto al inicio. Nunca me imaginé hacer esto», agregó.
Al ganar el último major del año termina una temporada turbulenta para McIlroy. A pesar de haber ganado el torneo Honda Classic a inicios de marzo, no consiguió el corte en cuatro de cinco torneos, mientras crecían las conjeturas de que su noviazgo con la tenista danesa Caroline Wozniacki estaba dañando su juego.
En lugar de ello, McIlroy maltrató a los mejores jugadores del año.