Deciden sobre futuro de Afganistán


Seguridad. Policí­as afganos realizan un operativo de seguridad en la región de Kunduz.

El presidente estadounidense, George W. Bush, y el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, continúan hoy su diálogo en Texas, centrado principalmente en la lucha contra el resurgimiento de los talibanes en Afganistán.


Ayer fue el propio presidente quien condujo una camioneta para recibir a De Hoop Scheffer, quien llegó a bordo de un helicóptero a la hacienda del presidente estadounidense en Texas, para conversar sobre el resurgimiento de los insurgentes talibanes y las muertes de civiles en Afganistán, que amenaza con erosionar el respaldo al Ejército estadounidense y a la fuerza internacional comandada por la OTAN que sostienen al gobierno de Kabul.

En la escena internacional, Bush prevé lograr más apoyo para librar su «guerra contra el terrorismo» en Afganistán que el que ha obtenido hasta ahora en Irak.

La agenda entre Bush y el secretario general de la OTAN también incluye Kosovo, la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y las intenciones de Estados Unidos de instalar un sistema de defensa antimisiles estratégico en Europa, informó la Casa Blanca.

De Hoop Scheffer llegó a Estados Unidos en momentos en que aumentó la tensión en torno a este proyecto, agravado por la oposición de Rusia a la instalación del sistema en Europa Central.

«Seguramente hablarán de estos temas», dijo el portavoz de la Casa Blanca Tony Fratto.

Afganistán podrí­a dominar las discusiones de este lunes, en particular tras los últimos ataques perpetrados por talibanes, que provocaron la muerte de miles de civiles.

Bush desea que los aliados provean más tropas y equipos a Afganistán, donde hay una fuerza de 37 mil soldados comandada por la OTAN, entre ellos 15 mil de Estados Unidos.

La violencia este año en Afganistán ha provocado unos 1.500 muertos, la mayorí­a rebeldes, pero también 60 soldados extranjeros, según un balance basado en informes oficiales.

Pero también la OTAN ha recibido crí­ticas por sus ataques aéreos, que según el gobierno afgano han provocado la muerte de civiles.

Nueve personas, entre ellas tres soldados alemanes de la OTAN, murieron el sábado en un atentado suicida reivindicado por los talibanes en el norte de Afganistán, mientras que los combates cerca de Kabul y en el este del paí­s dejaron decenas de muertos entre los rebeldes.

Una portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN indicó a la AFP que la explosión provocó ví­ctimas entre los soldados de la ISAF, pero no pudo confirmar de momento el balance facilitado por las autoridades afganas.

En caso de confirmación, ascenderí­an a 60 los militares de la OTAN y de la coalición muertos en Afganistán desde el comienzo de 2007 y a 21 los soldados alemanes fallecidos en este paí­s desde 2002.

El lunes el ministro alemán de Defensa, Franz Josef Jung, cuyo paí­s ejerce la presidencia de turno de la Unión Europea, dijo haberse quejado a la OTAN del creciente número de civiles fallecidos.

«Debemos asegurarnos de que las operaciones no tengan este final. No serí­a una victoria si colocamos al pueblo (afgano) en nuestra contra», dijo Jung tras conversaciones de los ministros de Defensa europeos en Bruselas.

«Dije al secretario general de la OTAN (Jaap de Hoop Scheffer) que era necesario vigilar que en el futuro no se vuelvan a llevar a cabo ese tipo de operaciones», declaró Jung al final de una reunión con sus homólogos europeos en Bruselas.

Las muertes de civiles han suscitado además la crí­tica del presidente afgano Hamid Karzai y la inquietud entre miembros de la OTAN.

Kosovo puede ser otro de los temas polémicos que dominarán las conversaciones de este lunes.

La OTAN mantiene desde 1999 un contingente de 16.000 hombres en la provincia independentista serbia de mayorí­a albanesa, blanco de la creciente tensión entre Estados Unidos y Rusia.