Crimen racial


Editorial_LH

El ataque perpetrado el domingo anterior por Wade Page, fanático de la supremacía de la raza blanca, en contra de una comunidad religiosa hindú en Wisconsin constituye uno de los peores crímenes por su connotación racial y debe ser una señal de alerta sobre la forma en que cierta prensa de ese país ha actuado al ir perfilando a los inmigrantes extranjeros como causantes de los males actuales. Especialmente los grupos ultraderechistas que atacan de manera constante no sólo a los hispanos sino también a los inmigrantes de origen árabe o asiático, tienen una gran responsabilidad en el comportamiento de esos radicales racistas que pregonan la necesidad de una limpieza étnica en Estados Unidos.


Los grupos neonazis no son cosa nueva en Estados Unidos y en el resto del mundo, pero en el contexto de la actual situación mundial, con la guerra contra el terrorismo lanzada por el presidente Bush en forma indiscriminada contra todo el mundo islámico luego de los ataques del 2001, esa forma de estereotipar a la gente por su aspecto, por su origen, por su religión o por su estatus migratorio, constituye un elemento de alto riesgo por el constante bombardeo que hacen algunos medios de comunicación en contra de quienes hablan, visten o tienen aspecto diferente.
 
 Las autoridades de Wisconsin han coincidido en señalar que la comunidad Sikh en Oak Creek, lugar del ataque perpetrado por el fanático neonazi, ha sido ejemplo de pacífica y honorable convivencia. Sus miembros, todos inmigrantes de la India, son ejemplo de esfuerzo, de trabajo y de identificación con el llamado sueño y modelo de vida americano. Una de las víctimas, el Presidente del templo, enseñó a sus hijos a mantener en alto la bandera norteamericana, no sólo como signo de agradecimiento a la tierra que les brindó tantas oportunidades, sino para que les sirviera de protección frente a quienes dudaran de su lealtad al país.
 
 De nada les sirvió esa devoción a la bandera porque de todos modos un loco, que de manera pública y consistente había manifestado su odio hacia los no blancos dirigiendo un conjunto musical que pregonaba la violencia racial, pudo comprar tranquilamente un arma, esperó el tiempo que la ley fija para que le fuera entregada y se dirigió al templo a disparar con la intención de matar a cuantos hindúes se le pusieran en el camino.
 
 Desde el 11 de Septiembre cualquier persona que usa turbante y tiene la piel oscura es vista con suspicacia y temor por alguna gente, sobre todo porque hay prensa que pregona el estereotipo de que todos ellos son terroristas. De la misma manera hay una intensa campaña de odio contra la población hispana que debe cesar porque no faltarán otros locos capaces de cualquier atrocidad.

Minutero
Buscaron a un experto
para privatizar bien el puerto;
por eso dice el abogado
que el contrato está blindado