Los rumanos deberán decidir hoy el destino de su presidente Traian Basescu, suspendido por el Parlamento y acusado de haber «transgredido la Constitución», en un referéndum organizado cinco meses después de que el país entrara en la Unión Europea.
Unos 18,2 millones de electores deberán responder a la pregunta «Â¿Está de acuerdo con la destitución del presidente Traian Basescu?».
Basescu está acusado de «actitud partidaria y de abandono de su papel de mediador político», de «contribución a la creación de una atmósfera de inestabilidad política», de «rechazo injustificado de nombrar ministros propuestos por el Primer Ministro».
En caso de que Basescu sea destituido, Nicolae Vacaroiu seguirá provisoriamente a la cabeza del Estado. Una elección presidencial anticipada debe ser organizada en los tres meses siguientes.
El referendo será válido sea cual sea el índice de participación, gracias a una controvertida enmienda que adoptó el Parlamento hostil a Basescu.
El presidente, muy popular debido a sus maneras directas y a su compromiso de erradicar la corrupción, sacó ventaja sobre sus adversarios en múltiples reuniones populares en Rumania como en España, consciente de la importancia del voto de la diáspora rumana, evaluada en unos dos millones.
Frente a Basescu, los liberales del primer ministro Calin Tareceanu, los social-demócratas y el partido de extrema derecha de la Gran Rumania parecen haber perdido parte de su electorado, según los sondeos.
No obstante, los analistas se interrogan sobre la etapa «post 19 de mayo», y consideran que un retorno de Basescu no solucionará la crisis política que sacude al país y que significó la postergación de sus primeras elecciones europeas, previstas para el 13 de mayo.
Una de las hipotéticas soluciones para la crisis, la organización de legislativas anticipadas, fue descartada por la mayoría de las formaciones políticas.
Según el analista Mark Percival, del Romanian Think Tank «los efectos económicos de la inestabilidad política han sido limitados hasta ahora, pero a largo plazo el país tendrá que pagar, pues las reformas urgentes serían postergadas, lo que podría traer sanciones de parte de la UE».
Basescu, al que sus adversarios reprochan su carácter «conflictivo», sorprendió el martes cuando por primera vez llamó a sus predecesores en la presidencia, Ion Iliescu y Emil Constantinescu, y también al ex rey Michel, deseando construir con ellos «una relación fundada en el interés nacional».
También anunció su intención de «negociar la formación de una mayoría parlamentaria en torno a las prioridades de Rumania».
Entre las medidas figuran la introducción de un voto uninominal para la elección de los diputados y la adopción de un ley de «descomunización», dos proyectos tendientes a «sanear la clase política» y a modificar la Constitución para decidir entre un régimen presidencial o parlamentario.