Carlomagno


í“scar Enrique Alvarado S.

Existen en Francia, en su costa norte, monumentos megalí­ticos, el Dolmen de Crocuno, de tres mil años antes de Cristo. Mucho tiempo transcurrió y llegaron los griegos fundando la colonia de Niza en el sur. Los romanos sí­ conquistaron la región, en el año 50 a.C. Julio César terminó la conquista de la Galia. Las ciudades romanas de tradición muy antigua habí­an adoptado el legado cultural de egipcios, griegos y el Cercano Oriente. Al llegar el siglo VIII con la toma del norte de ífrica y el Mediterráneo en poder de los musulmanes lo que quedaba del mundo romano decayó. Galos y romanos aceptaron el cristianismo. En el siglo V tribus germánicas ingresaron en el territorio de los galos. Uno de aquellos pueblos, el de los francos, con su rey Meroveo fundó una dinastí­a llamada Merovingia, 448-751. Meroveo profesó el cristianismo. Los francos dieron el nombre de Francia a la región habitada desde antiguo por los galos.

Carlos Martel condujo a sus huestes cristianas derrotando a los árabes en la batalla de portier, en 732.

Pipino el Breve, hijo de Carlos Martel, con la ayuda del Papa ocupó el trono como primer rey de la dinastí­a de los Carolingios.

Con la unión de francos y galos gobernó Carlomagno (768-814). Sus dominios se extendieron del Atlántico al Danubio y del mar Mediterráneo al rí­o Elba.

En la catedral de Chartres existe la «vidriera de Carlomagno», elaborada por el año 1200; en algunas de las 21 secciones se puede ver su peregrinaje por Jerusalén, en otra sección su viaje hacia España con el propósito de liberar la tumba del Apóstol Santiago.

El origen de Europa lo encontramos, en gran parte, en el Imperio Carolingio en sus caminos del comercio y de la implantación del cristianismo, en ocasiones por las armas, formó la unidad de diversos pueblos que más tarde serí­a Europa Central.

Carlomagno ascendió al trono en el año 768, se lanzó a la conquista de territorios, dominando a los Lombardos en Italia. El Papa León III lo invistió en Roma con la autoridad imperial. Y como todas las culturas desde la antigí¼edad tuvo su capital en Aquisgrán, con su catedral y escuela Palatina. La iglesia Carolingia de San Justino, en Hoechst, es importante. Eginardo escribió la Vida de Carlomagno. Contrató al célebre maestro Alcuino de York para la enseñanza. Numerosos artistas sirios emigraron hacia el imperio de Carlomagno, huyendo de los musulmanes. Hubo una especie de renacimiento para luego decaer en el feudalismo hasta el final de la Edad Media. Emprendió una recopilación de leyes provenientes de los frisios, los chamaves y turingios.

Se apoderó de Barcelona, llegó a Córcega y las islas Baleares tratando de ampliar el comercio internacional, pero resultó incomunicado por el mar y ello ahogó el imperio en lo económico.

Carlomagno no recibió instrucción en su niñez, su padre se conformó con inculcarle alguna experiencia militar, pero con su propio esfuerzo logró leer y hablar en latí­n y algo de griego. No podí­a escribir. Es sorprendente la forma en que pudo gobernar sobre territorios tan antagónicos culturalmente.

Continuará.