Se debe cambiar el modelo de convivencia de géneros


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Provocar una ruptura con el modelo de ser hombre y ser mujer en la sociedad guatemalteca implica tener la posibilidad de construir un nuevo paradigma para las relaciones de género, según el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2011/2012 “Guatemala: ¿un país de oportunidades para la juventud? (INDH).

GUATEMALA Agencia CERIGUA

De acuerdo con la publicación, elaborada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cuestionar el carácter asimétrico y excluyente de la sociedad y configurar una nueva manera de ser masculino y ser femenino, es primordial para el país.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el género es una construcción sociocultural e histórica referida a los rasgos psicológicos, sociales y culturales que cada sociedad atribuye a las personas según el sexo asignado.

El Informe cita a Marcela Lagarde, quien enfatiza que la construcción social, histórica y cultural, tomando en consideración las diferencias biológicas sexuales, se determinan maneras de ser hombre y mujer y sobre ellos se crean dos modos de existir, así como una relación de poder jerárquica y asimétrica en la que el hombre domina y oprime a la mujer.

El documento revela que en Guatemala niños, niñas y jóvenes van creando su identidad de género sobre la base del modelo dominante, expuesto desde la infancia y fortalecido en distintos ámbitos institucional, interpersonal e individualizado.

Las masculinidades se refieren al proceso subjetivo a través del que se internalizan las formas, significados y símbolos y desde allí se ocupa un lugar en el mundo, lo masculino está definido por la fuerza física, la capacidad sexual, la valentía, la competitividad, la agresividad, entre otras características, este modelo de masculinidad mina la manera auténtica de ser de la persona, produce frustración y la negación de su dimensión afectiva.

El Informe “Guatemala: ¿un país de oportunidades para la juventud? cita el caso en Pueblo Nuevo, Ixcán, Quiché, donde las jóvenes que ya cuentan con estudios secundarios han estado expuestas a dos conceptos de ser mujer, el inculcado en el hogar, basado en la preparación para ser madre y esposa y el que se experimenta en el instituto que abre la posibilidad de realización de la mujer sin la maternidad.

Finalmente, el documento, presentado este lunes, advierte que las jóvenes en secundaria pueden llegar a ser mujeres, siendo estudiantes y los estudios le permitirán en el futuro su realización como mujer sin ser necesariamente madre y si en el futuro opta por serlo, este hecho no excluirá que a la vez pueda ser maestra.