Urbanización incidiría sobre nuevos hábitos alimenticios


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A menudo los cambios en los hábitos de alimentación y de actividad física son consecuencia de cambios ambientales y sociales asociados al desarrollo económico, al crecimiento urbano desmedido y desordenado, así como a la falta de políticas públicas de apoyo en sectores como la salud, el transporte, el medio ambiente y la comercialización de alimentos.

GUATEMALA Agencia CERIGUA

De acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1980, la obesidad se ha duplicado en el mundo; en el 2008 se registraron mil 400 millones de casos de sobrepeso en adultos mayores de 20 años; las mujeres son más propensas a este padecimiento.

El 65 por ciento de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad cobran más vidas que la insuficiencia ponderal; en el 2010, ese organismo contabilizó la cifra más alta de menores con esa condición: 40 millones de niños y niñas menores de 5 años tenían obesidad o sobrepeso.

El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede es perjudicial para la salud; son provocadas por un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y las gastadas.

En un mundo globalizado con tendencias al consumo desmedido, el aumento en la ingesta de alimentos con demasiadas calorías, ricos en grasas, sal y azúcares, pero pobres en vitaminas, minerales y otros micronutrientes, son algunas de las causas más comunes de la obesidad y el sobrepeso.

También influye el descenso en la actividad física como resultado  de la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, de los nuevos modos de desplazamiento y de una creciente y desmedida urbanización, señala la OMS.

Entre las consecuencias más comunes de esas enfermedades se encuentran: todos los padecimientos que atacan al corazón, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes, los trastornos del aparato locomotor como la osteoartritis y algunos cánceres, principalmente el de colon, mama y el endometrio.

El sobrepeso y la obesidad son prevenibles

En septiembre del 2011, durante la Reunión de Alto Nivel sobre Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ENTS), enmarcada en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Estado guatemalteco se comprometió a investigar más acerca de las causas y las soluciones para atacar el sobrepeso y la obesidad, entre otras enfermedades.

Apoyar a los gobiernos para que alientes a sus habitantes en el proceso de realizar elecciones, de modo que la opción más sencilla sea la más saludable en materia de alimentos y actividad física periódica, fue uno de los principales puntos abordados en las Naciones Unidas.

Pero en el plano individual, las personas también pueden contribuir en gran medida a atacar la problemática, al asumir cambios en la rutina y tratar de disminuir el consumo de productos con grasas saturadas, elevar el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales, eliminar la ingesta de azúcares, así como realizar actividades físicas de forma periódica.

De acuerdo con la OMS, la responsabilidad individual sólo puede tener pleno efecto cuanto las personas tienen acceso a modos de vida saludable, por lo que en el 2008 adoptó el Plan de Acción de la Estrategia Mundial para la Prevención y control de las Enfermedades No Transmisibles, con una vigencia de cinco años.

El propósito del Plan de Acción es facilitar a las personas la adopción de modos de vida más saludables y combatir de esa manera las enfermedades crónicas no transmisibles.