Una misma noche en Filgua


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Mañana, en el marco de la Feria Internacional del Libro (Filgua), se presenta la novela “Una misma noche” del argentino Leopoldo Brizuela. Ésta es la obra ganadora del prestigioso Premio Alfaguara de Novela 2012.

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POR REDACCIÓN LA HORA
lahora@lahora.com.gt

En 2010, el escritor Leonardo Bazán es testigo del asalto nocturno a la casa de los Chagas, sus vecinos, por parte de una banda organizada de policías ladrones. Ese suceso remueve la conciencia de Bazán –quien, como en tantas ocasiones, no ha hecho nada más que observar y callar–, y no puede evitar recordar una experiencia similar –de la que también fue testigo junto a sus padres y que voluntariamente enterró en su memoria–, ocurrida en esa misma casa treinta y cuatro años antes, en 1976, año en que comenzó la dictadura militar en Argentina.

Entonces, una banda de sicarios del régimen buscaba a una mujer, Diana Kuperman, considerada revolucionaria y guerrillera; y, mientras los matones se paseaban por su casa y la de su vecina, él, un chaval de 12 años, empezó a tocar el piano.

El trauma de aquella noche parecía olvidado por el adolescente y joven Bazán, quien nunca se había atrevido a contar nada a nadie –ni siquiera a sí mismo–, ni sobre lo que pasó ni sobre cómo reaccionaron sus padres y él; pero ahora, en la madurez, siente que si no lo escribe, nunca podrá entenderlo, ni salvarse. “Creo que sobre una misma experiencia se pueden utilizar palabras de lo más opuestas: valentía, irresponsabilidad, colaboracionismo… Un chico que sigue tocando el piano cuando llegan dos hombres armados a casa puede ser un irresponsable, un valiente o un colaboracionista. Todo eso, pero también mucho más. Y para entenderlo escribí la novela”, explicaba el autor nada más conocer que su obra había sido galardonada con el XV Premio Alfaguara de Novela.

¿Cómo actuaron exactamente él y sus padres y cómo juzgar hoy esas reacciones? “Quise indagar sobre la responsabilidad que tuvimos cada uno, incluso un niño. Siempre se habló de la dictadura militar. Es ahora cuando se comienza a hablar de la dictadura cívico-militar, afrontando la responsabilidad civil”, cuenta Brizuela. ¿Y cómo es posible que una estructura criminal, montada décadas atrás, todavía exista y que la gente siga reaccionando de la misma manera, con el mismo miedo? En palabras del autor, “la historia tiene la atracción de los misterios que exigen ser revelados, que exigen que se les ponga palabras”.
Narrada como el cuaderno de notas de un detective que, pista tras pista, se indaga a sí mismo y se expone al crimen organizado; o, más aún, como la somera declaración de los hechos que escucharía un juez, o el interrogatorio al que somete el policía al detenido, Una misma noche es una novela de suspense, inspirada en hechos reales –Leopoldo Brizuela es el alter ego de Leonardo Bazán–, que explora el rol de los ciudadanos enfrentados a las formas más brutales y secretas del poder, y reflexiona sobre la intolerable conciencia de nuestra propia cobardía.

“Eso que ocurrió fue real y durante años lo conté oralmente a gente cercana y me daba cuenta de que podía ser interpretado de las maneras más opuestas. El gran motor de la novela era esa capacidad que tenemos de modificar el pasado, de modificar la propia memoria y cómo un recuerdo puede ser dicho de muchas maneras”, ha dicho el autor.

Una misma noche –que Brizuela presentó a la convocatoria del Premio Alfaguara bajo el título La repetición– habla de antisemitismo, de represión, de víctimas y verdugos, del horror de una época demasiado cercana para el olvido y demasiado dolorosa para la memoria. Pero lo que más parece interesar a Leopoldo Brizuela es estudiar el fenómeno de la repetición: la evidencia de que la noche de 1976 y aquella otra de 2010 responden a un mismo libreto tantas veces repetido, aprendido ya de tan rutinario, asumido como normal a fuerza de vivirlo en cada casa, en cada barrio, noche tras noche, vida tras vida. Mediante ese diálogo constante entre los años 2010 y 1976, el relato sirve de indagación y purga de una de las etapas más tenebrosas de la política argentina: la dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1983, y que se saldó con miles de muertos y desaparecidos. Pero la historia bien podría situarse en cualquier otro país, no sólo en Argentina, sino en cualquier lugar sometido a tan brutal represión.

Escrita de forma minimalista, en opinión del jurado, para Brizuela el tono de la novela es el que la novela exigía. “Para ser sincero, escribí en estado de inspiración, tenía tanta necesidad de escribirla que no sé si tuve elecciones demasiado conscientes, sólo pensaba en desentrañar esa historia, que iba eligiendo sus modos, sus palabras”. Una novela que aborda sentimientos universales que el lector reconocerá fácilmente, como el miedo, la cobardía, la vileza o el dolor inherentes al ser humano, y que, según la escritora Rosa Montero, presidenta de la XV edición del Premio Alfaguara de Novela, “trata temas mayores, porque roza las tragedias clásicas, la relación entre padre e hijo, la relación entre el individuo y la sociedad, la culpa y la violencia, la dignidad y la indignidad, todas tragedias contadas con una contención increíble y con una gran potencia narrativa”. “Me interesa –añade Brizuela- una frase de Flannery O`Connor que dice, «no escribo lo que pienso sino para saber lo que pienso» y en ese sentido yo escribí para tratar de entender”.

Con un estilo directo, continuos saltos en el tiempo que no hacen sino establecer paralelismos entre los dos acontecimientos que dan sentido a la novela, y una orquestación poderosa de todos los elementos que conforman la historia, el autor consigue tratar con sobriedad un tema tan fácilmente dramatizable como las heridas del pasado. Una obra contenida, “con economía expresiva”, como la ha definido Rosa Montero, sobre el conflicto entre presente y memoria, la eterna disyuntiva de los países que sufrieron una dictadura y que se debaten entre el olvido y el perdón.

SEMBLANZA
Leopoldo Brizuela

El autor nació en 1963 en La Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina. Estudió Letras en la Universidad de La Plata. Es narrador, poeta y traductor. Su primera novela, Tejiendo agua, escrita a los diecisiete años, obtuvo el Premio Fortabat 1985. Inglaterra. Una fábula ganó el Premio Clarín de Novela 1999 y el Premio Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, y fue publicada en varios países, con reseñas consagratorias en medios internacionales como Le Monde, El País y La Folha de São Paulo. Es autor también de la nouvelle El placer de la cautiva (2001), el libro de relatos Los que llegamos más lejos (Alfaguara 2002) y la novela Lisboa. Un melodrama (Alfaguara Argentina, 2010; Alianza, 2010), entre otros libros. Ha traducido a Henry James, Flannery O’Connor y Eudora Welty, entre otros autores. Fue escritor residente del Banff Center For the Arts, Canadá; del International Writing Program de la Universidad de Iowa, y recibió el subsidio de la Fundación Gulbenkian de Lisboa para el estudio de la cultura portuguesa. Colabora habitualmente en los diarios Clarín y La Nación, y coordina talleres de escritura creativa.

PRESENTACIÓN
Una misma noche

Mañana, a las 18:30 horas, se presenta la novela “Una misma noche” de Leopoldo Brizuela, con la que ganó el Premio Alfaguara de Novela 2012. Salón Título de Totonicapán de Filgua.