Diplomacia nagüilona y ¿Renacer de la Policía judicial?


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El presente artículo se divide en dos asuntos: el primero: es abordar de nuevo el problema de la complaciente diplomacia guatemalteca que no tiene visos de actuar en defensa del territorio nacional ni siquiera con los medios diplomáticos a su alcance mucho menos con la ayuda de las fuerzas de “seguridad” de este país.

Fernando Mollinedo
jofermoca@gmail.com


El problema limítrofe con El Salvador, parece que cayó en el olvido; tal y como sucedió con las aguas del río Usumacinta y el desvío del río Suchiate hará unos dos o tres años; la reprimenda a un diplomático de carrera porque no accedió a suscribir un documento que bien hubiera podido considerarse como un tratado, convenio o “bases de entendimiento” (como pasó con Belice) y por ello incomoda a los vecinos, también parece cosa sin importancia para las autoridades guatemaltecas.

Es decepcionante que se esté perdiendo el territorio fronterizo por puro miedo, nagüilonería, estupidez o cobardía, mientras tanto, esas conductas envalentonan a nuestros vecinos y después se van a querer montar en que ese territorio es de ellos. ¡Claro! Yo no puedo darles coordenadas, estaciones  y azimut de las áreas específicas que son objeto de  depredación consentida por las autoridades guatemaltecas, sin embargo, con los datos aportados, ya debieron de haber hecho algo, pero… la gran pregunta: ¿Por qué razón  la cancillería NO HA DICHO ESTE PICO ES MÍO?

El segundo asunto es: la creación de la Dirección General de Investigaciones Criminales –DIGICRI– nos recuerda la existencia de la POLICÍA JUDICIAL que tenía como funciones específicas la investigación criminal; pasó después a ser la Sección de Detectives y luego se convirtió en el Departamento Técnico de Investigaciones  DIT hasta llegar al actual Departamento Especializado de Investigaciones Criminales DEIC.

La propuesta es buena en cuanto que ya es necesario contar con elementos capacitados en el área de investigación (al estilo de los PANDA) PERO… resulta que en estos tiempos, y como se visualiza el panorama político, no es muy lejano que esta organización FUERA DE LA ESTRUCTURA POLICIAL sea convertida en instrumento político al estilo de la Policía judicial de tan nefastos recuerdos por su sanguinaria conducta y por ser el brazo operativo de los poderes paralelos y la oligarquía nacional.

¿Eso es lo que quieren revivir? ¿POR QUÉ NO HABERLA CREADO DENTRO DE LA ESTRUCTURA DE LA POLICÍA NACIONAL CIVIL? Eso le daría la calidad moral y autoridad suficiente para actuar en representación de una institución oficial; pero… de eso a que funcione como un cuerpo paralelo de investigación… hay mucho que temer. 

Más huele a POLICÍA POLÍTICA que a otra cosa; de esa forma podrían tener “controlada” a la oposición, ya que es el sueño de los gobernantes, tener un cuerpo de investigación a su particular servicio ante la ausencia del Estado Mayor Presidencial a cargo del Ejército, pensando en la posible reelección. Estoy de acuerdo con la CICIG, pero en esta sí metió el… cubilete.