Las mil caras del voto hispano


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Francisco Echeverry y su hija Janet tienen muchas cosas en común: les gusta ir a la playa, ver juntos un noticiero televisivo en español y hablar con su loro Roberto. Pero a la hora de votar, no podrían ser más distintos.

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Por CLAUDIA TORRENS NUEVA YORK / Agencia AP

Echeverry, un inmigrante colombiano de 73 años que se hizo ciudadano estadounidense en 1983, piensa votar por el candidato republicano a la Presidencia Mitt Romney en noviembre, mientras que Janet, su hija nacida en Estados Unidos, lo hará por el presidente demócrata Barack Obama.

El padre opina que Obama está paralizado porque no tiene apoyo en Washington y espera que los republicanos sean más compasivos con los inmigrantes y ayuden a lograr algún tipo de reforma a las leyes de inmigración, algo que Obama no pudo hacer. En cambio, Janet, de 25 años, considera la economía y la educación como los dos temas más importantes.

«Tenemos diferentes opiniones, pero respeto a mis padres», dijo la joven hispana, quien es la primera en su familia en obtener una licenciatura universitaria. «Creo que es muy saludable tener este tipo de discusión».

El voto de familias como los Echeverry es fervientemente buscado por demócratas y republicanos. Pero conseguirlo no es sencillo, pues dentro del bloque hispano hay muchas distinciones, sobre todo generacionales.

El idioma es una de ellas

Mientras que la mayoría de hispanos de primera generación, es decir nacidos en el extranjero, habla español, muchos de sus hijos se sienten más cómodos en inglés. Un 51% de hispanos nacidos en Estados Unidos considera el inglés como su primera lengua, señala el Centro Hispano Pew, con sede en Washington.

«Una campaña electoral exitosa tiene que atraer a los hispanos de distintas formas. No se puede emitir un anuncio en español y pensar que el trabajo ya está hecho», dijo Gary Segura, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Stanford, en California.

«Creo que las campañas no hacen muy buen trabajo con esto, aunque algunos de los medios de comunicación empiezan a darse cuenta de esta problemática (lingüística)», agregó Segura, poniendo como ejemplo Univisión y su nuevo canal de televisión en inglés, lanzado junto a la cadena ABC.

Tanto Obama como Romney esperan atraer a votantes de todas las generaciones. Obama envía mensajes por Twitter en español y Romney ha abierto una cuenta en el portal de intercambio de música Spotify.

Obama es el favorito entre los hispanos empadronados, registrando un 66% de popularidad frente al 25% que los votantes hispanos empadronados le otorgan a Romney, indica el último sondeo USA Today/Gallup. Un 9% de estos votantes se mantiene indeciso.

Ambas campañas se han enfocado en las últimas semanas en cortejar a votantes hispanos: Obama anunció recientemente que suspendería temporalmente las deportaciones de jóvenes inmigrantes. Romney ha presentado su propio programa migratorio, destacando que fomentará la llegada de inmigrantes con papeles que potencien la economía estadounidense.

Sin embargo, para los votantes hispanos la creación de empleo y la educación son los temas más importantes, según la mayoría de las encuestas. Y hay muchas diferencias entre ellos en torno a la política hacia la inmigración.

Mientras que un 36% de inmigrantes de primera y segunda generación considera la inmigración como un tema de extrema importancia para ellos, un 28% de hispanos de tercera generación piensa lo mismo, señala el Centro Pew.

«Cuando les preguntas a los hispanos qué tan importante es el tema de la inmigración para ellos, todo depende de si el que responde es inmigrante o alguien de tercera generación», dijo Mark López, director adjunto del Centro Hispano Pew. «Así que hay diferencia».

De los aproximadamente 50 millones de hispanos que viven en el país, un 62% nacieron en Estados Unidos y un 38% en el extranjero, dijo López.

Sus prioridades se ven marcadas por su niveles educativos, edades y herencia cultural.

Los hispanos más jóvenes nacidos en el país suelen tener opiniones menos conservadoras: un 66% de ellos piensa que la homosexualidad debería ser aceptada por la sociedad, frente a un 53% de hispanos naturalizados, según un sondeo del 2011 del Centro Pew. Un 55% de los hispanos nacidos en Estados Unidos cree que el aborto debería ser legal, frente a un 35% de hispanos nacidos en Latinoamérica.

A Echeverry, quien llegó a Estados Unidos en 1968 y trabajó en distintos ramos, siendo incluso conductor de taxi por 11 años, no le gustó oír recientemente que Obama se declaraba a favor del matrimonio gay.

Su hija Janet dijo que obviamente hay «una distancia» entre su generación y la de sus padres. Ella aplaudió la posición de Obama a favor el matrimonio gay.

Ariana Salas, una estudiante de 20 años de ascendencia mexicana nacida en Estados Unidos, asegura que la economía y la educación es lo más importante para ella este año electoral.

«Quiero ser abogada. Espero que con Obama habrá más oportunidades para la educación, que sea más fácil ir a la universidad, sin tener que preocuparse por pagar tantos gastos después de la graduación», agregó Salas, quien votará este año por primera vez. En la actualidad las personas de pocos medios se endeudan mucho con préstamos universitarios para cursar carreras.

Para su padre Antonio, nacido en Puebla y quien obtuvo la ciudadanía estadounidense en 2000, la prioridad son más oportunidades para los inmigrantes.

«Tengo dos hermanas indocumentadas. Estoy ayudando a una con sus trámites (migratorios), pero no puedo ayudarlas a las dos a la vez», dijo Salas, un mecánico que también mantiene a familiares en México. «La inmigración es importante para nosotros. Estamos bien, pero para los recién llegados, hay mucha discriminación. Sólo por no tener papeles son tratados como criminales».

Livio Castro, un dominicano de 56 años que se hizo ciudadano hace 12, opinó lo mismo.

«Me gustaría una reforma migratoria para que esas personas (inmigrantes que llegaron al país ilegalmente) puedan integrarse en la sociedad, contribuir a la economía», dijo el quisqueyano, que trabaja para una empresa de mantenimiento. «Yo vine con papeles, y fue difícil. Imagínese para uno sin papeles».

Los votantes hispanos son en gran medida responsables de la victoria de Obama en noviembre del 2008. Aproximadamente 9,7 millones de hispanos votaron en 2008, durante la última elección presidencial, lo que representa un aumento de 2,2 millones de votantes respecto a noviembre de 2004, según datos del Fondo Educacional de la Asociación Nacional de Funcionarios Electos y Designados (NALEO, por sus siglas en inglés).

Activistas de todo el país dicen que esperan que más de 12 millones de hispanos voten en estas elecciones, a pesar de las bajas cifras de empadronamiento entre hispanos.

Los hispanos de primera generación votan más que los de segunda, a pesar de haber nacido en el extranjero, según el Pew.

En 2010, aproximadamente un 36,6% de hispanos naturalizados votaron en elecciones legislativas mientras que un 29,2% de los hispanos nacidos en el país lo hicieron. En 2008, los hispanos nacidos en el extranjero tuvieron un 54,2% de participación, mientras que en los de segunda generación ese porcentaje fue del 48,3%, de acuerdo con esa fuente.

Jeanette Abreu, una hispana de 30 años nacida en Estados Unidos, asegura que votará en noviembre.

«Es importante que los hispanos participemos», dijo Abreu, que es de origen dominicano y puertorriqueño. «El problema es que aún estoy debatiendo por quien votar».

Campaña
Con acento español

Las campañas de Mitt Romney y el presidente Barack Obama están ganando un acento español, y eso no le sorprende a nadie.

Se proyecta que los latinos van a representar cerca de un tercio de la población estadounidense para 2050 y ya conforman un crucial bloque electoral en estados muy disputados, desde Florida hasta Nevada.

El hijo de Romney, Craig, se ha convertido en el intérprete personal de su padre. En un anuncio televisivo, Craig Romney explica en buen español que su padre es un hombre «con grandes convicciones» y que luchará «para encaminar nuestro país y crear empleos».

La campaña de Obama, en tanto, ha reciclado su lema de la campaña del 2008 «Sí se puede», en un intento para retener el respaldo hispano que recibió en el 2008.

Tras el inglés, el español es la segunda lengua más usada en Estados Unidos. Casi 37 millones de residentes hablan español en sus hogares, el 12% de la población, según la Oficina del Censo. La primera y segunda generación de hispanos seguramente tienen menos posibilidades de hablar español a diario, aunque esa situación es compensada por la llegada de nuevos inmigrantes que hablan español.

Empero, la lengua no será suficiente para lograr su voto, dijeron algunos activistas hispanos.

Una funcionaria del grupo activista Consejo Nacional de La Raza, Clarissa Martínez de Castro, dijo que el idioma no va a ser suficiente para ganar el apoyo de los votantes hispanos. Agregó que ambas campañas tienen que alentar a más hispanos a inscribirse en el padrón electoral y atraerles políticamente con asuntos como creación de empleos y la economía.

Martínez de Castro dijo que además de publicar anuncios en español, ambas campañas necesitan responder a los desafíos que supone embarcar políticamente a los hispanos.

Los hispanos tienen más posibilidades de ser votantes nuevos. En general, la edad media de los hispanos es 27,6 años, frente a 42 de los blancos no hispanos. Unos 50.000 hispanos cumplen mensualmente 18 años, con posibilidades de votar.

Según las estadísticas, los hispanos tienen menos posibilidades de tener la información que necesitan para comprender y navegar el sistema electoral, indicó Martínez de Castro, lo que produce baja inscripción en el padrón electoral y escasa asistencia a las urnas.

Y no todos los hispanos son inmigrantes, destacó, por lo que la presunción de que la estancia en el país es el tema más importante para muchos es errónea. La creación de empleo y la economía siguen siendo los temas punteros de los hispanos, al igual que para el resto del país, agregó.

«No somos más diferentes que otros electorados», dijo De Castro. «El idioma español es importante, pero si a eso se atiene el alcance (de las campañas) hacia los latinos, no tienen el panorama completo», agregó.

Los equipos de ambas campañas intercambian acusaciones de utilizar el español como un instrumento superficial para conseguir votos sin un compromiso verdadero con los electores latinos.

Alfonso Aguilar, director ejecutivo de Latino Partnership for Conservative Principles (Asociación Latina para Principios Conservadores), dijo que tal vez el gobierno de Obama ha hecho una mejor propaganda en español, pero el presidente ha fallado en poner en marcha las políticas que había prometido en su campaña de 2008.

«Los latinos van a apreciar que se les hable en español si los compromisos ofrecidos son sinceros y se concretan cuando el candidato logre el cargo», dijo Aguilar, quien fue jefe de la Oficina para Ciudadanía durante el gobierno del presidente republicano George W. Bush.

Jaime Areizaga, subdirector para asuntos hispanos de la Comisión Nacional Demócrata, contestó que el nombramiento de hispanos en cargos importantes muestra el compromiso del partido con ese sector de la población.

El Partido Demócrata «ha predicado con el ejemplo» con una campaña de propaganda que fomenta un mensaje coherente en ambos idiomas y comprometido con los hispanos a nivel local, señaló Areizaga.

El jueves, el presidente fue entrevistado por la estación radiofónica El Zol, que transmite en español en el Distrito de Columbia. Obama dijo que los escuchas de la estación, en su mayoría de habla hispana, «irán a las urnas y votarán», aun si no lo hacen a favor de él.

El presidente destacó la creación de empleos, la atención de salud y la reforma a la inmigración como las prioridades de su plataforma que beneficiarán a la comunidad hispana.