Éxito e insatisfacción de presidente Pérez Molina


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Una encuesta patrocinada por la empresa periodística Prensa Libre, de la cual presumo que es ajena al interés político del presidente Otto Pérez Molina, y ajena también al interés igualmente político de sus adversarios, muestra que, durante los primeros seis meses de gobierno, él tiene la aprobación de 69% de los ciudadanos, o casi siete de cada diez.

Luis Enrique Pérez


Esa cifra invita a afirmar que, durante los primeros meses de gobierno, el presidente Pérez Molina ha sido más exitoso que sus dos antecesores inmediatos. Ellos son el presidente Álvaro Colom, y el presidente Óscar Berger. Efectivamente, el presidente Colom tenía, durante los seis primeros meses de gobierno, una aprobación de 32% de los ciudadanos; y el presidente Berger, durante los tres primeros meses, tenía una aprobación de 55%.
   
    Los ciudadanos le adjudican al presidente Pérez Molina una calificación de 75% en combatir actos delictivos. Interpreto esta calificación, de esta manera: aunque 61% de los ciudadanos opine que  la inseguridad todavía es el principal problema del país, creen que él actúa para combatirla. Es una calificación que se complementa con estas cifras: casi 60% de los ciudadanos opina que él está cumpliendo con sus “promesas electorales”; y 79% opina que “es activo y trabajador”.
   
    El producto estadístico de la encuesta no  provocó precisamente la complacencia de los adversarios políticos del presidente Pérez Molina. Uno de ellos hasta patrocinó un simulacro de encuesta, cuyas cifras, públicamente divulgadas, se esforzaron por mostrar que los primeros seis meses de gobierno del presidente Pérez Molina han sido una catástrofe nacional. Me parece inexplicable cómo ese adversario pudo haber pretendido que su simulacro de encuesta tuviera la verosimilitud y la confiabilidad de la encuesta de Prensa Libre.
    Empero, independientemente de cifras estadísticas que podrían halagar a un Presidente de la República durante sus primeros seis meses de gobierno, el mismo presidente Pérez Molina declaró estar insatisfecho. Recuerdo que advirtió que estar satisfecho significaba confiarse, y que no se confiaría. Evoqué una frase atribuida al filósofo griego Tales de Mileto: “En la confianza está el peligro”. El presidente Pérez Molina declaró estar particularmente insatisfecho en el cumplimiento de su principal oferta de campaña electoral, o aquella que le aportó la mayor proporción de votos para ganar la Presidencia de la República. Aludo a la oferta de reducir la criminalidad.
   
    Declarar que está insatisfecho en el cumplimiento de esa determinante oferta de campaña electoral tiene una importancia nacional, porque revela que él está dispuesto a actuar con más eficacia para cumplirla. Esa mayor eficacia urge tanto como urge reducir el excesivo riesgo de estar expuesto al asesinato, el secuestro, el robo o la extorsión.
   
    Opino que durante el tiempo restante de gobierno del presidente Pérez Molina, él debe ocuparse principalmente de la seguridad pública y de la administración honesta de los recursos fiscales. La seguridad pública contribuirá a resolver problemas económicos de los ciudadanos; pues se incrementaría la inversión, el capital y la demanda de trabajo, y disminuiría el costo de vida. La administración honesta de los recursos fiscales contribuirá a resolver problemas económicos gubernamentales.
   
    Post scriptum. Creo que el presidente Pérez Molina tiene ahora una extraordinaria oportunidad, que no tenía cuando comenzó a gobernar; pues luego de seis meses, su gobierno ha sido sometido a un veredicto popular que ha sido favorable.