El Ingeniero tenía un poco de razón


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Cada vez que escucho o termino de leer declaraciones del presidente Otto Pérez Molina, cuando se refiere a algunos de los resultados de su gobierno en cuanto al tema de seguridad, inevitablemente recuerdo al expresidente Álvaro Colom.

Luis F. Arévalo A.
lufearevalo@yahoo.es


Cada vez que el ingeniero hablaba sobre ese tópico y señalaba que lo que su gobierno había logrado era detener el crecimiento de los hechos de violencia durante su gestión, apenas si alcanzaba defender su postura, pues rápidamente daba a entender que no le quedaba más consuelo que decir que algo estaba haciendo.

Ahora el General –consciente o no-, toma las palabras del Ingeniero al hablar de seguridad. Y lo dice casi de la misma manera. Pérez Molina explica que se logró detener la tendencia de crecimiento de la espiral de violencia en el país en sus primeros seis meses de gobierno. Colom decía que tenía el defecto de ser Ingeniero –y por eso conocer de curvas y tendencias-y que si se proyectaba la curva de violencia, si su gobierno no hubiera tomado acciones, la famosa gráfica hubiera crecido aún más.

Sin embargo, parece que el Ingeniero sí tenía un poco de razón cuando explicaba sus argumentos de estabilización de la violencia. Eso decía, sin querer, el editorial dominical de un medio escrito hace un par de semanas, pues combinado con que la violencia no desaparece sino que simplemente se transforma, desde 2009 o 2010 esos índices en el país habían comenzado a descender. Pero, lo que es cierto, es que Colom lo decía en los últimos años de su gobierno y Pérez Molina lo dice en la primera fracción de su periodo.

Los resultados simplemente están a la vista. Solo alguna parte de los guatemaltecos siente que las cosas han cambiado, mientras que una porción importante de la ciudadanía quiere esperar que sus expectativas hayan sido las acertadas. Y el Presidente dice estar insatisfecho con esto.

Por otro lado, solamente espero que el actual mandatario no tenga que salir, utilizando nuevamente las palabras de Colom, con que no se imaginaba la magnitud de los problemas que se dan en el aparato estatal guatemalteco.

Esta semana, Pérez Molina decía que desconocía que en el Ministerio de Salud hubiera gente trabajando la cuarta parte del tiempo diario que le corresponde. Que se acaba de enterar y que todavía no se puede hacer mayor cosa para detener ese tipo de salida de recursos sin obtener nada a cambio.

Colom dijo en una de sus últimas entrevistas televisivas, que sabía que existían problemas en la Policía o el Estado, pero que jamás se había imaginado que fueran tan grandes. Eso demostraba la inexistencia de un plan consistente.

En el Ministerio de Salud, hay gente que administra y sabe de recursos humanos y gente que siempre está peleando por hacer menos trabajo y recibir más salario a costa de los impuestos que los demás pagamos. Eso lo saben los ministros y viceministros, además de los mismos sindicatos.
Por tanto, espero que dentro de poco, cuando el gobierno deba rendir cuentas nuevamente, derivado que habría pasado un tiempo prudencial para hacer evaluaciones, no tenga necesidad de refugiarse en argumentos pasados y gastados, para excusarse de que no pudo hacer todo lo que buscaba y quería por un sinfín de limitantes económicas, financieras y estructurales dentro del aparato de gobierno y con eso demostrar –para malestar de la ciudadanía- que tampoco contaba con un plan adecuado.
Creo que todos queremos hacer bien las cosas, a veces hasta el gobierno, pero hace falta tomar acciones más allá de las mediáticas para hacer que nuestro Estado, abarrotado de tantos grupos que en nada beneficia su desempeño, se desarrolle y cumpla su rol básico y democrático.