El denominarnos dueños de nuestro cuerpo, es algo que nos parece tan normal y también sin necesaria expresión cotidiana. Pero la realidad es, que cuando lo meditamos un poco, no suele ser tan fácil como lo pensamos. Él puede encontrarse distante de nosotros mismos y surgir como algo muy apartado a nuestro ser, pero, con el cual mantenemos una convivencia directa.
Al parecer solamente los cuerpos de los modelos incluidos en revistas cuentan para calificar de agradable un cuerpo humano. Entonces, tal vez, no se desea el acercamiento a un cuerpo que adolece de la perfección. Que sea posible que no agrade la observación de éste o que se ignore su lenguaje, así como, no se acepte su existencia.
La separación entre cuerpo, espíritu, mente y emociones ha sido descrita a lo largo de la historia. Pero es la historia quien nos refiere con hechos científicos que no podemos realizar tal escisión. Que existe una interdependencia e interrelación con todas ellas. Que lo psicológico, emocional, mental y espiritual posee un substrato biológico -el cuerpo humano- que éste constituye un estuche de intercambio activo para nuestro ser.
Las enfermedades vistas desde una perspectiva biológica también tienen sus condicionantes psicológicas y sociales. Que el cuerpo a través de la vida posee distintas variaciones, tal como sucede en una obra de música, pero eso no implica la pérdida de su belleza, sino el reaprendizaje y la revalorización de éste y del ser en las distintas etapas de la vida.
Cada vez se torna más frecuente el hecho de observar autoinjurias al cuerpo. Personas que caen en la inanición buscando un ideal de perfección, autolaceraciones con objetos con la finalidad de realizar una conexión fugaz entre la persona y su cuerpo. Conducta adictiva como producto de la violencia personal que se ejerce hacia el propio cuerpo.
Este jueves 12 de julio se inauguró la exposición fotográfica: Tu cuerpo Mi Cuerpo. De los fotógrafos guatemaltecos, Fátima y Alejandro Anzueto, con la curaduría de Natalia del Moral. En Cantón Exposición de Fundación G&T Continental (Ruta 2, 3-63, Edificio TEC, 4 Grados Norte). Que nos presenta una muestra de cuerpos integrados con la naturaleza, cuerpos humanos, tan solo humanos, es decir no perfectos, que nos invitan a la autoaceptación corporal. En el transcurso de la exposición se realiza una interacción de todos nuestros sentidos que invita a una convivencia personal con nuestros propios cuerpos.
En esta muestra fotográfica se genera también una conceptualización del significado del cuerpo para algunas personas y de cómo las distintas historias de vida se constituyen en influyentes para la misma.
Les sugiero a que no pasen por alto la posibilidad de acudir a esta exposición.