La otra elección



En medio del creciente interés por la elección presidencial y hasta de un debate importante sobre las candidaturas a diputados al Congreso de la República, es importante ver que en prácticamente todos los municipios del paí­s la atención de los ciudadanos se centra en la elección de su Alcalde y su Concejo Municipal porque saben que esa decisión les afecta de manera directa. En la capital, sin embargo, hay poco interés de momento por la elección de Alcalde, al punto de que el prácticamente seguro candidato oficial, el propio ílvaro Arzú en busca de su reelección, todaví­a no es oficialmente candidato, valga la redundancia.

Empiezan a surgir opciones nuevas, sin embargo, que consideran que el ciclo de Arzú y su equipo al frente de la Municipalidad puede haber llegado a su fin luego de más de veinte años al frente de la comuna. Si la continuidad es, como dicen algunos, garantí­a de ejecución de planes de largo plazo, la Municipalidad de Guatemala ha sido una excepción a la regla, porque en dos décadas no hemos visto acciones serias y concretas para resolver con visión de futuro los grandes problemas de agua, saneamiento y transporte. En este último caso el Transmetro, con todo y su polémica, constituye el único aporte relevante y falta ver si sus efectos son como los que esperaba el Ayuntamiento.

Es indudable que ílvaro Arzú es un Alcalde que goza de popularidad y es una figura polí­tica difí­cil de vencer. Su partido ha sabido manejar la relación con los dirigentes de los barrios con base en un avanzado criterio de clientelismo, ejemplo que han seguido con diligencia sus colegas Coro en Pinula, Medrano en Chinautla, Rivera en Mixco y Gándara en Villanueva, para citar apenas los casos más conspicuos. El tema de los problemas de fondo del área metropolitana no ha formado parte de la agenda electoral porque los criterios de elección han sido distintos y los vecinos no saben ni se interesan en planes reguladores del desarrollo ni, mucho menos, en un concepto amplio de administración conjunta de toda el área metropolitana, algo así­ como entender que la capital trascendió los lí­mites del Municipio y que la Gran Ciudad de Guatemala está integrada por varias jurisdicciones que debieran de unificar planes y programas para atender los problemas de mayor envergadura y contar, para ello, con un aporte decidido del gobierno central.

Es un buen momento, por lo tanto, para debatir con seriedad la temática del futuro de la Ciudad de Guatemala, entendida como tal esa enorme aglomeración de personas en toda el área metropolitana. Es un buen momento para que en los cuatro meses que vienen, los ciudadanos que vivimos apretadamente como vecinos de alguno de los varios municipios que conforman la ciudad, pongamos a prueba el compromiso de los candidatos para ver más allá del dí­a a dí­a, de lo ornamental y cosmético para proponer soluciones de gran envergadura. Y tanto quien va por la reelección como sus contendientes, tienen la oportunidad de darnos una visión fresca del futuro de una metrópoli que se ha vuelto muy compleja para administrar y muy difí­cil para vivir. Por ello esta, la otra elección, es tan importante para toda Guatemala.