Filgua


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Cuando subí por primera vez a un bus en Londres y luego en Alemania, además de comparar con el transporte público de Guate –algo que no es posible–, me llené de envidia, no sé si sea esa la palabra, fue una sensación extraña –emoción y gusto versus tristeza y celos.

Claudia Navas Dangel
cnavasdangel@yahoo.es


Emoción: por el gusto que provoca ver leer a otras personas, aun y cuando sean libros de anaquel de supermercado –eso ya es prejuicio personal y es otra historia–.
Tristeza y celos al intentar buscar esa imagen en Guatemala y encontrarla difusa, perdida, casi inexistente. Claro que el que eso ocurra se debe a muchos factores: idioma, educación, dinero y tantos más.

¿A qué viene esto? A que quizá por eso, cada año, cuando se realiza la Feria del Libro, mi corazón se hincha de contento. Porque aunque la oferta –económica– no es tan significativa, la otra, la de la variedad es bastante aceptable, más cuando vemos el esfuerzo de editoriales nacionales como F y G Editores (que además distribuye los libros de manera impresionante), El Pensativo o Catafixia: textos de calidad, magníficos autores y precios, ahí sí permisibles para muchos.

Esto me hace soñar, evapora la tristeza y me llena de ilusión. Más al ver a tantos niños y niñas, muchos junto a sus maestras, otros de la mano de sus padres, recorrer los pasillos, detenerse ante los libros y llevarlos consigo.

Sería más fácil que esto se extendiera si el Gobierno destinara más fondos a la lectura que a otras cosas superfluas y si los impuestos que pagan esas lámparas maravillosas de papel fueran menos.
Por eso en este espacio quiero invitar a quienes me leen a visitar la Filgua del 20 al 29 de julio, en el Parque de la Industria, y no sólo a ver.  Hay charlas y actividades diversas para enriquecer el acervo cultural. Comprar libros –que resultan el mejor regalo para una vida más plena–. Música, autores hablando de su obra, cuenta-cuentos y el 23 de julio la venta con precios especiales de la medianoche.

Mucho que hacer, mucho que leer y mucho que compartir. Les recomiendo la edición popular del Pop Wuj de Sam Colop, Hacia una historia de las literaturas centroamericanas, en el stand de FyG Editores, y los libros infantiles que ofrece Piedra Santa. Más que anuncio, estos tips son un obsequio. ¡A leer!