Los argumentos detrás del conflicto en la educación normalista


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Durante más de 40 días, alumnos de los institutos normales y autoridades de Educación mantienen una pugna en torno a la propuesta de reforma al plan de estudios de la carrera de Magisterio; La Hora presenta a sus lectores los argumentos de los grupos en oposición, sobre los que basan su apoyo o rechazo a la iniciativa planteada por una “Mesa Técnica”.

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POR ÉDER JUÁREZ
ejuarez@lahora.com.gt

La propuesta contempla ampliar el tiempo de estudios de tres años –como se establece en la actualidad– a cinco, de los cuales se estudiarían dos en los centros normales y tres en la universidad.  ¿Cómo podrán las familias sobrellevar un aumento en el costo de la educación?

MINEDUC

La ministra de Educación, Cynthia del Águila, reconoce que el factor económico es uno de los principales motivos de disenso y un punto crucial en la discusión, pero quienes elaboraron la propuesta se enfocaron en elevar la formación de los docentes, “lo cual es indispensable”.

La perspectiva de la propuesta es que el Ministerio de Educación se haría cargo de la educación durante dos años en los institutos públicos –como ocurre ahora– y los tres años adicionales correrían por cuenta de la Universidad de San Carlos; se trata de una universidad estatal y por lo tanto sería una transición en la misma línea de la manutención del Estado.
 
Se propone que la Universidad de San Carlos pueda insertarse en los institutos en donde hay infraestructura sin uso, y continuar en el mismo plantel la fase final de la formación. “No es que se vayan a quitar los básicos; eso es algo que se proponía”, pero eso ya no es así, dice Del Águila.

La funcionaria sostiene que el tema siempre se ha tenido contemplado en el proceso de formación de la iniciativa. “No está en la propuesta”, pero como Ministerio de Educación tenemos que “ver qué forma de subsidio o de beca se puede conseguir para apoyar aquellos jóvenes que efectivamente necesitan de esa ayuda económica”.

ESTUDIANTES

Los estudiantes normalistas aseguran su oposición a la reforma del plan de estudios del Magisterio se debe, principalmente, al impacto económico que representará extender la carrera a cinco años

“El hecho de que estudiemos en un instituto público no quiere decir que todo sea gratis; los padres tienen que pagar muchas cosas y ahora, si además tenemos que ir obligatoriamente a la universidad, muchos no van a poder seguir por el dinero. La San Carlos también tiene costos”, dice una estudiante del Instituto Belén.

De acuerdo con la entrevistada, el Ministerio de Educación no les garantiza la entrega de ayuda para cubrir los gastos y enfatiza que en la actualidad los programas de becas están abandonados. “Hay escuelas que no tienen ni escritorios ni refacción ¿cómo nos aseguran a nosotros la ayuda?”, indica.

Los inconformes señalan que la propuesta también establece, en algunos casos, que los horarios de sexto, séptimo y octavo grados sean de 7:30 horas a 16:50 horas, en una doble jornada. Eso representaría más gastos, pues tendrían que comprar almuerzo, refacción y pasajes, lo cual es incongruente con la capacidad económica de las familias. “Estamos estudiando en una institución pública; no contamos con recursos económicos”, argumentan.

¿Cree que la Universidad  de San Carlos cuenta con capacidad para preparar y albergar a todos los estudiantes del Magisterio?

MINEDUC

Según la ministra Del Águila, la propuesta establece que la Universidad de San Carlos sea la encargada de la última etapa de la formación de los maestros; la Escuela de Formación de Profesores de Enseñanza Media (EFPEM) estuvo trabajando en la iniciativa de reforma, y en esta se determina que la Universidad se tiene que preparar para cumplir con ese objetivo.

Además, se establece que los institutos que cuenten con infraestructura para poder continuar allí el nivel universitario puedan hacerlo con el aval de la Universidad, y también donde esa casa de estudios tenga sedes.

Según la Ministra, esos arreglos se tienen que “ir viendo”, pero de momento es lo que está en la mesa de discusión y es lo que ha propuesto EFPEM;  “ellos se están preparando para poder dar cabida a esta propuesta y están comprometidos”.

Del Águila señala que lo que se espera es que esa transición a la Universidad sea fluida: “Vamos trabajando en conjunto para poder formar ese vínculo, ese tercer año, que antes sería el sexto magisterio. En ese caso, el primer año sería el vínculo para preparar a los estudiantes y que de una vez entren a la Universidad; son arreglos que se tiene que ver como parte del proceso que en este momento no está establecido, pero es lo que se desea seguir”.

ESTUDIANTES

Al ser consultados sobre la iniciativa para extender los estudios de Magisterio hacia la Universidad de San Carlos, los normalistas indicaron que ese centro de estudios no cuenta con la capacidad y los recursos para asegurar un espacio adecuado a todos estudiantes de los institutos públicos y colegios privados.

“Ahora ya hay una sobrepoblación y muchos de los que quieren entrar se quedan afuera porque ya no hay cupo, y lo mismo nos harían a nosotros si llegamos (…) entonces ahí nos tocaría pagar una universidad privada, eso quiere decir que sería una especie de privatización”, dice un estudiante de la Escuela Normal Central para Varones.

De acuerdo con un documento colgado en el portal del Ministerio de Educación –www.mineduc.gob.gt–, además de la Universidad de San Carlos, otras universidades podrían sumarse a la reforma y ofrecer la carrera de magisterio.

A criterio de los normalistas, la calidad  de la educación que se ofrece en EFPEM no les garantiza una buena formación. “Están mal si creen que porque uno va a la Universidad aprende; la mayoría no podríamos pagarnos una universidad privada, así que lo que nos están haciendo es que nos están quitando la oportunidad de ser maestros”, indicó un estudiante que se identificó como Carlos.

¿Cómo asegurar que la propuesta que se plantea elevará en la práctica la calidad en la educación y nos acercará a estándares internacionales?

MINEDUC

La titular de la cartera de Educación dice que para definir la propuesta de reforma al Magisterio, la Mesa Técnica tomó en cuenta las experiencias de las iniciativas ya planteadas en Guatemala, así como otras propuestas internacionales, y se hizo una compilación.

La funcionaria asegura que la propuesta se encamina a elevar el nivel educativo en la formación de maestros, pero reconoce que aún no está completa; a la fecha se han recibido observaciones acerca de la malla curricular –módulos que componen una carrera–, en donde se debe de fortalecer y revisar el plan de estudios a poner en marcha, pero sostiene que en algún momento “esto se debe llegar a acordar”.

Según Del Águila, en lo que respecta a la malla curricular, “se puede ver qué materias o que áreas se deben fortalecer realizando una revisión y un análisis para que sea fuerte”; además, dice “que las personas que la realizaron están comprometidas con la educación contando con las  capacidades necesarias”.

Asimismo, indica que “siempre que se produce algo es sujeto de revisiones y de mejoramiento y eso es lo que se está esperando que se mejore en su totalidad, en las áreas en donde las personas y los estudiosos e interesados por la educación lo puedan hacer”.

ESTUDIANTES

Los normalistas indican que la propuesta planteada por la Mesa Técnica de Formación Inicial Docente no garantiza que en la práctica se cumpla con los estándares internacionales que se quieren para los estudiantes guatemaltecos.

Aducen que no se puede comparar las condiciones de Guatemala con otros países que han aplicado una propuesta de reforma al magisterio, porque quizás la han hecho y desarrollado de una forma integral y acorde con las realidades que vive su población.

“Mi hija me cuenta todos los días que a veces no llegan los profesores o que pierden mucho tiempo en clase, o sea que si ahora no están haciendo bien las cosas, cómo nos pueden decir que con una reforma se va a arreglar todo”, indica Dolores Martínez, madre de una estudiante del Instituto Normal Centro América (INCA).

Al decir de los estudiantes y padres de familia, la propuesta es “irreal” e incongruente con su calidad de vida y las condiciones del sistema educativo, pues consideran que en la actualidad la cartera de Educación tiene un presupuesto escaso y se duda que su administración sea la correcta.

“Sería bueno que empezaran por comprarles escritorios y darles la refacción a los estudiantes que van con el estómago vacío a recibir clases; o que les pongan techo a los que estudian al aire libre (…) eso es lo primero que debería hacer la Ministra”, dice Martínez.

¿Cuáles son las posibilidades para obtener un empleo con salario digno al aplicar la propuesta?

MINEDUC

Según el Ministerio de Educación, en la actualidad se gradúan 20 mil alumnos al año y de esos, solo de dos a tres mil consiguen trabajo; según Del Águila, el objetivo de la reforma es mejorar la formación y que los profesionales sean mejor pagados en el mercado laboral.

“Creo que sería mucho más competitivo si se tiene un título universitario a tener un título de diversificado”, puntualiza.

Al ser cuestionada si la mejora en la calidad educativa aseguraría a los egresados encontrar  un trabajo digno, la funcionaria aseguró que “eso está contenido en la propuesta, y es lo que se tiene que ver en el futuro con el presupuesto, pero que de alguna manera eso es lo que se ha trabajado durante estos tres años”.

Además, dijo que en la propuesta no está escrito, pero que existe otro documento de la Carrera Docente, en donde se establece un aumento de entre 20 a 25 por ciento en el salario de un docente, “pero que son cosas que se tienen que ver con la recaudación del Gobierno”.

Según Del Águila, sí se tiene contemplado que haya un reconocimiento a la nueva formación a un nivel superior; la funcionara asegura que la consecuencia normal, si la propuesta entra en vigencia, es que una persona mejor formada tendría que tener un mejor salario.

ESTUDIANTES

Los estudiantes aseguran que  “no es cierto” que la propuesta les garantice un trabajo y salario dignos, ya que en la actualidad existen maestros que se profesionalizan a nivel universitario y el salario que devengan es “verdaderamente decadente”.

Los normalistas argumentan que a 24 años de servicio, un docente solo puede llegar a ganar Q6 mil 500 en el sector público, mientras una persona graduada de perito contador, puede llegar a ganar esa cantidad en un mes si se ubica bien; los inconformes creen que el planteamiento del Ministerio de Educación para los futuros educadores no se podrá hacer realidad.

Los normalistas sostienen que la propuesta no les da la certeza de que se mejoren los trabajos y por ende, los salarios; dicen también que en la propuesta existe un aumento de pago, pero que ahora a los catedráticos muchas veces no les pagan el salario y se retrasan hasta tres meses.

Además, los alumnos señalan que la propuesta establece que ahora el salario no será de una forma escalonada,  sino por mérito. Entonces cada año el Ministerio los evaluaría para que, por méritos, consigan un mejor salario, pero que el Gobierno no tiene la capacidad económica para poderles aumentar un 25 por ciento como se propone, por lo que califican la iniciativa de “irreal”.

“El hecho de que estudiemos en un instituto público no quiere decir que todo sea gratis; los padres tienen que pagar muchas cosas y ahora, si además tenemos que ir obligatoriamente a la universidad, muchos no van a poder seguir por el dinero. La San Carlos también tiene costos”.
Estudiante