Riesgos tomados por una buena fotografía


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Después de una cargada semana, gracias a las inconformidades sobre los cambios propuestos en la educación y formación de futuros maestros, tomo unos segundos para respirar profundo y reflexionar un poco acerca de lo sucedido esta semana, no haciéndolo desde el punto de vista de los normalistas o del punto de vista de los dirigentes del Ministerio de Educación, sino desde el punto imparcial y complicado de la prensa, o aún más allá, desde la perspectiva de un fotógrafo de medios.

Alejandro Balán
fotografialejandro@gmail.com


Este texto es muestra de mi total solidaridad hacia mis compañeros de distintos medios que de una u otra forma han sido afectados por la violencia que conlleva las inconformidades de la propuesta de reforma a la educación. En este caso me refiero a mis amigos y compañeros de labores, Luis Soto, de elPeriódico; Estuardo Paredes, de Prensa Libre, y Jorge Sente de Nuestro Diario. Otro de los afectados últimamente es Alberto Cardona, de Guatevisión.

La profesión de fotoperiodista, en casos como las manifestaciones, se convierte en un riesgo de lado a lado, ya que si uno está fotografiando del lado de los manifestantes, uno corre el riesgo de ser lastimado por agentes de seguridad o ser alcanzado por el gas lacrimógeno o gas pimienta, y si uno está del lado de los agentes de seguridad, fácilmente uno puede ser alcanzado por una piedra o cualquier objeto lanzado por los manifestantes.

Muy claro tengo, que luego de que Luis Soto fuera lastimado fuertemente por una piedra lanzada por un supuesto normalista, otro de los compañeros periodistas gritó: “¡a los periodistas no, solo estamos haciendo nuestro trabajo!”,  a lo que un supuesto estudiante respondió “¡entonces no se metan y dejen de tomar fotos!”.

Realmente, uno como parte de un medio de comunicación solamente cumple con su labor de informar y capturar acciones por medio de fotografías, para informar y graficar a la población los diferentes sucesos; pero no podemos ni debemos mostrar alguna inclinación por ninguna de las partes involucradas, por lo tanto lamento mucho lo sucedido, que si bien los golpes que recibieron mis compañeros no fueron intencionales, han causado daños físicos y materiales en cada uno.

Muchas personas dicen que no es bueno arriesgarse, pero es parte de la profesión estar, como corrientemente se dice, ‘en la jugada’, para poder cumplir con nuestro trabajo a cabalidad.

De forma muy sincera deseo la total recuperación de cada uno de mis amigos colegas de labores y poderlos ver dando lo mejor de sí en cada cobertura. Ánimo, fuerza y principalmente al mayor afectado, Luis Soto, deseo su completa recuperación.