¿Reformar la Constitución Política de Guatemala?


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Muchos ciudadanos guatemaltecos se preguntan si es conveniente realizar reformas a la Constitución Política y si así fuera ¿Por qué? Si usted va al cine, si va de compras al mercado, a un supermercado, a uno de los llamados centros comerciales, etc., escuchará en corrillos que a numerosas personas les queda una duda profunda del porqué se debería reformar la Constitución, cuáles artículos se reformarían, quiénes harían los cambios y cuáles son los fines de tal reforma en su verdadero fondo.

Roberto Arias


En el interior de la República, la situación es peor. El desconocimiento de la población en general es mayúsculo.

La Constitución política de Guatemala está saturada de leyes que deberían haberse legislado por aparte. Técnicamente, la Constitución Política de un país moderno, es el texto legal en el que se plasman los principios fundamentales sobre los que descansa la organización del Estado, los límites y las facultades del Estado, así como deberes y derechos de los individuos. Es el texto específico que contiene la totalidad o casi la totalidad de las normas básicas, y que debe ser respetado por cualquier otra norma de rango inferior.

Cuando hablamos de “Los principios fundamentales sobre los que descansa la organización del Estado”, como se expuso, estamos puntualizando precisamente sobre plasmar los fundamentos y no sobre plasmar una generalización de leyes. Muchas leyes allí aglomeradas dan dureza jurídica a normas que no pueden reformarse. La Constitución guatemalteca debería ser corta, eficaz y eficiente con la finalidad de proteger los intereses de la República y de sus habitantes.
        Como ejemplo, la Constitución de los Estados Unidos de América es simplemente contundente en sus principios para formar una unión más perfecta que fuera lo suficientemente fuerte para sobrevivir a los peligros del mundo y a la vez proteger la libertad de los estados y de los ciudadanos. Entró en vigencia en 1789, todavía se encuentra en vigor y es la constitución de mayor antigüedad que se encuentra todavía vigente en el mundo.
      Los políticos guatemaltecos no tienen interés en aprender de quienes llevan la delantera y mejorar al país, a ellos les interesa sumamente mantener el statu quo para conservar vigentes los conductos para estafar al Estado desde cientos o miles de focos de corrupción, verbigracia los parlamentarios nacionales. 
      No podemos poner en tela de juicio el hecho de que los diputados son los que mandan en el Congreso y que estos deben pagar costosas facturas a sus partidos políticos y a sus padrinos. Tampoco podemos poner en tela de juicio que dentro de los partidos políticos están fuertemente acantonados algunos narcotraficantes, así como no puede negarse que dentro de muchos padrinos de los diputados también corren intereses del crimen organizado. Igualmente es vox pópuli que el crimen organizado está incrustado dentro de algunos sectores del poder Ejecutivo.

Entonces, podemos inferir que, en estos momentos, la reforma a la Constitución Política de la República de Guatemala, estaría fuertemente influenciada por el narcotráfico y el crimen organizado. No es algo que deba hacerse a rajatablas. 

Antes deben reformarse leyes importantes que no estén atrapadas dentro de la inflexibilidad de la Constitución para allanar el camino.  

Analice el lector si con la reforma constitucional ganarían los guatemaltecos honestos, o ganarían los poderes oscuros que pululan en el medio.