“Estas personas saben cómo hacer que esto camine o no camine”


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“Como padres, siempre teníamos la esperanza de que las cosas no fueran como son”

“La verdad, decirle algo a él (Roberto Barreda) no me interesa; pero sí quiero saber dónde está Cristina, lo demás… si ni siquiera por su mamá ha dicho algo, ¿qué le importo yo?”

“No sé de dónde me salen fuerzas para seguir adelante”.

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REDACCIÓN LA HORA
lahora@lahora.com.gt

A escasos días de cumplirse el aniversario de la desaparición de Cristina, Angelis Molina de Siekavizza nos abre las puertas de su casa para platicar acerca de su hija, sus nietos, su familia y del país. Explica “la lucha” que han librado para que además de encontrar a sus seres queridos, se abra una “brecha para que, ojalá, algo cambie” en la justicia guatemalteca.

A casi un año de la desaparición de Cristina Siekavizza, prevalece la incertidumbre, y en el caso hay más preguntas que respuestas ¿Cómo afronta el aniversario de la desaparición de su hija?

Para mí, la verdad, es que ha sido muy difícil. Cuando uno lo ve en retrospectiva, dice «qué rápido se pasó un año», pero tal vez quisiera estar en el día uno, porque cuando veo este proceso me doy cuenta que nos hemos topado con todo; alguien me decía hoy que somos más los buenos que los malos, pero en realidad, a la justicia aquí en Guatemala, creo que le falta mucho.

Ahora que dice que los buenos son más ¿Cree usted que esos buenos están tan unidos como para hacer la diferencia?
Creo que no. Creo que lo que nos hace falta es involucrarnos más. Pensamos que las cosas le pasan al vecino, pero no a uno y decimos «qué suerte», pero dada la forma en que están las cosas en el país y como consecuencia que vivimos mucha violencia desgraciadamente, la verdad es que una tragedia le puede pasar a cualquiera. No se lo deseo a ninguno, pero nadie está liberado.

¿Usted, Juan Luis –su  esposo– y el resto de su familia logran conciliar el sueño con esta pena?
La verdad, es como una terapia; hay días en que cuesta más que otros, pero sí logramos dormir, tal vez no como uno quisiera porque por ratos siente uno que ya no puede más, pero en realidad no sé de dónde me salen las fuerzas para seguir adelante.

La persona que hoy buscan es el principal sospechoso de la desaparición de Cristina y la ausencia de los niños ¿Humanamente, qué sienten al ver en retrospectiva y ver las marchas, el dolor y el llanto que proyectó Roberto? ¿Qué pasa por su cabeza?
No soy  nadie para juzgarlo. Me duele lo que hizo, pero lo que más siento de todo es la traición. Nos traicionó en todo sentido porque, primero, no está nuestra hija; desvió la atención haciéndonos creer que ella estaba perdida y mientras nosotros estábamos en la línea de investigación por ese lado, ellos estaban preparando la huida; se llevó a los niños a pesar de que todo ese tiempo nosotros tratamos de llevar todo sin pelea, de ver cómo ayudábamos; nunca pensamos que él hubiera podido haber hecho este acto.

Cuando uno pierde a alguien que es fundamental en su vida, siempre tiende a tener cosas en el corazón a flor de piel que lo acompañan. Si yo le preguntara qué es lo primero que se le viene a la mente con el recuerdo de Cristina y de sus nietos, ¿qué nos pudiera decir?

La alegría que ellos, como familia, nos daban

¿Cree que sus nietos estén bien?
Sí, pero creo que están bien relativamente porque les quitaron a su mamá, los quitaron del entorno del que estaban acostumbrados a vivir y no tienen a sus familiares de ambos lados; a estos niños los extrajeron de su entorno familiar, colegios y amistades. Alimentación y cuidados de ese tipo creo que no les falta, pero lo principal que es el cariño, no creo que lo tengan; de eso sí están carentes.

¿Les han asegurado psíquicos que ella vive?
No. Ellos han dicho que no está con vida. Dicen que la miran, que ella está en el agua o enterrada, pero que esté viva, no. La verdad que con todas las pruebas que hay en la casa se sabe que ahí ocurrió un hecho de violencia, que por cierto a nosotros nos costó realizar dándole tiempo a Roberto para que preparara todo. Como padres, siempre teníamos la esperanza de que las cosas no fueran como son.

En el vacío que dejan estos golpes, la justicia asume un papel reparador ¿Para ustedes, qué ha sido la justicia en este año?
Para nosotros ha sido ineficiente pero la verdad creo que porque estamos enfrentándonos a una familia de tradición como abogados que saben cómo manejar las leyes. En cambio nosotros no, mi esposo como médico y nuestra familia no está acostumbrada a esto. Eso es lo más difícil, porque estas personas saben cómo hacer que esto camine o no camine.

Ayer mencionaban que la “mano negra” del Estado ha coadyuvado a esa familia que usted menciona ¿Cree que de ello deriva la falta de apoyo que denunciaron del Gobierno pasado?
Yo creería que en el gobierno anterior, el Ministro de Gobernación, en efecto, no ayudó lo que debería haber ayudado.

¿Por qué?
Porque aparte de decir que daban esa recompensa de los Q50 mil, en todas las cosas que se debieron haber involucrado nunca lo hicieron, diciendo que no era competencia de ellos. Más que todo tuvimos apoyo del Ministerio Público. La verdad es que se tocaron muchas puertas, se habló con altas autoridades y uno salía esperanzado porque siempre nos decían que no nos preocupáramos, que nos iban a ayudar como servidores, pero ahí se quedaba todo.

¿Qué les dijo el presidente Pérez?
Que teníamos su apoyo, lo mismo dijo el Ministro de Gobernación actual. A veces sentimos que todo se queda a medias, al punto que nosotros hemos tenido hasta que proveer de algunos recursos para algunas diligencias. Juan Luis tuvo que conseguir una retroexcavadora para realizar unas diligencias en El Progreso y una vez tuvimos que conseguir una pala para otra diligencia. Eso es con uno, que ha logrado llegar a lo más alto de las instituciones, al Presidente. Imagine usted ¿qué pasará con la gente que no tiene esos accesos? ¿Cómo no se van a dar por vencidos? Es una frustración y uno piensa que esto no puede ser. Esa es nuestra lucha, además de encontrar a nuestros seres, que los esfuerzos sirvan de brecha para que ojalá algo cambie.

¿En el año que ha transcurrido del proceso, hubo algún momento en el que pensaron o sintieron  que estaban cerca de resolver las cosas, recuperar a Cristina y/o tener a los niños?
Han sido “quebrones” de cara constantes y la verdad no creo que haya habido un momento en que hayamos dicho, sí, ahora se resuelve. Ha llegado mucha información pero nada que nos haya dado esperanza suficiente para pensar que los íbamos a encontrar. Pero tenemos que seguir adelante y seguir buscando; mucha gente con buenas intenciones nos ha dicho «creemos que los vimos en “x” lugar» y todas las pistas sí se han investigado, pero por el momento no encontramos nada.

¿Creen que están enfrentando la justicia todas aquellas personas que derivado de su actuar de acción u omisión, han colaborado con Roberto Barreda?
 Creo que deberían de haber más personas ligadas al proceso.

Si usted invirtiera los papeles y le hubiera tocado jugar el papel de una mamá a quien le acusan a su hijo de haber hecho lo mismo de lo que hoy señalan a Roberto, ¿qué le hubiera dicho?
Yo le hubiera dicho que se entregara. Esa misma pregunta me la he hecho yo, porque yo creo que él es un adulto; yo le pudiera decir a usted, si fuera mi hijo «creo que lo que hizo no está bien», pero yo no puedo forzarlo a usted, llevarlo de las orejas y decirle que usted vaya a decir lo que hizo. Usted es libre de decidir si toma o deja el consejo que le está dando esta persona. La verdad desconozco si la mamá se lo habrá dicho o no, pero yo sí le hubiera dicho a mi hijo que lo que hizo no estaba bien, sabiendo que la decisión final sería de él.

¿A qué atribuyen ustedes que, en ocasiones con ayuda extranjera, se han capturado grandes capos del narcotráfico y en otros casos recientes como el de los violadores, rápido capturaron a la banda y hay otros ejemplos de efectividad en la justicia, pero en el caso de Cristina, no existe ni idea de dónde puedan estar Roberto Barreda, su hija y nietos?
Es lo mismo que nosotros nos preguntamos. ¿Qué está sucediendo? ¿Qué es lo que está detrás de todo esto? Yo pienso que si yo hubiera cometido un crimen de la misma naturaleza y anduviera prófuga, ya me hubieran capturado. ¿Qué hay detrás? Es lo que no nos explicamos porque no es posible que en un año no haya pistas de nada. ¿Dónde está? ¿Quiénes lo encubren?

¿Sienten que ha existido una manipulación de todo el caso?
Yo sí creo que debe haber algo, porque en todos lados que uno toca las puertas ya alguien más llegó antes.

¿Volvieron a tener comunicación con la familia de Roberto?
 No. Desde el día después que se fugaron y que llamamos al cuñado de Roberto, quien nos dijo que él se comunicaría para que nos hablaran, no, nunca jamás. Si ellos no supieran dónde están, de seguro ya nos hubieran preguntado si nosotros supiéramos algo.

¿Qué pensaron del campo pagado del papá de Roberto pidiéndole que se entregara?
No sé por qué razón lo puso. No entiendo la lógica; tal vez ante la opinión pública querían hacer ver que estaban igual de preocupados porque no sabían dónde estaba su hijo. Tanta era la preocupación, que nunca devolvieron la llamada que hicimos al día siguiente que se fueron. Ella (Ofelia de León) ya dijo en una entrevista que no tenía ninguna razón para llamarnos.

Después de ver cómo está el país, de ver su dolor y el resto de lo que pasa aquí, ¿piensan que Guatemala puede cambiar? ¿Qué se necesitaría para cambiar?
Yo creo que sí, tenemos que cambiar. Debe haber más participación ciudadana. Estábamos el lunes leyendo las hojas de vida de los aspirantes del INACIF y no había ningún interesado. Yo me cuento entre esas personas que no me interesaba en nada de estas cosas. La realidad es que nadie se involucra.

¿Han podido vivir su dolor?
Creo la verdad que no, nos cuesta por el hecho de que no la hemos podido encontrar y darle su cristiana sepultura. Le pongo un ejemplo; mi hijo que vive fuera, por todo esto perdió 18 libras. La compañía donde trabaja lo apoyó para que tuviera ayuda y le dijeron que necesitaba hacer una especie de cierre y por tanto, hemos tratado de hacer cosas simbólicas. Sembramos tres árboles en el jardín, leímos en familia las cartas que amigos, seres cercanos y queridos nos han dado, mismas que guardamos para que los niños las lean cando regresen y convivimos una noche en familia buscando cerrar algunas cosas; eso fue muy duro.

¿Qué les gustaría decirles a sus nietos para que lo puedan ver hoy o el día que los tengan con ustedes?
Que esto no solo lo estamos haciendo por Cristina, su mamá, sino también por ellos para que sean unas personas de bien y que se den cuenta de los increíbles esfuerzos que hacemos por encontrarlos a ellos y a su mamá.
 
 ¿Qué le diría a Roberto si lo tuviera enfrente?
¿Dónde está Cristina? La verdad decirle algo a él no me interesa, pero sí quiero saber dónde está Cristina, lo demás… si ni siquiera por su mamá ha dicho algo, ¿qué le importo yo?

“Esa es nuestra lucha, además de encontrar a nuestros seres, que los esfuerzos sirvan de brecha para que ojalá algo cambie”.