“Los grupos poderosos de este país son los que pretenden hacer las reformas”


Repo_0097

Historiador, doctor en Derecho y docente universitario, ex procurador de Derechos Humanos, ex presidente de la Corte de Constitucionalidad son algunos de los cargos de Jorge Mario García Laguardia, quien habla sobre la propuesta de reformar la Constitución Política. El experto considera que todas las modificaciones a la Carta Magna tienen un objetivo escondido, por lo que este nuevo proyecto no será la excepción.

POR ANA GONZÁLEZ
agonzalez@lahora.com.gt

¿Son necesarias las reformas constitucionales?

Yo tengo desconfianza, como historiador y constitucionalista, a las reformas constitucionales. Todas son mañosas y tienen algo escondido. Los grupos poderosos de este país son los que pretenden hacer las reformas a partir de sus propios intereses. La Constitución es buena y necesita muchas leyes para desarrollarse, que a la fecha no se han dictado. Le doy un ejemplo, hay un artículo sobre las comunidades indígenas, que es un tema que hoy se discute; la Constitución lo estableció y ordenó que se dictara una ley de comunidades indígenas; esto fue en 1985 y hasta el momento no se ha aprobado. Esto nos da una idea de cuán atrasados estamos, de manera que no es momento de hacer reformas.

¿Qué riesgos se corren?

Las reformas constitucionales todas son mañosas. Haciendo un poco de historia, le recuerdo la reforma impulsada por los conservadores en 1851, donde dictaron el acta constitutiva que garantizaba el ejercicio de los grupos de la colonia que lograron atacar a la Federación Centroamericana y destruirla dando paso a la creación de sus grupos elitistas de dominio local. Establecieron su Constitución de 16 artículos y buscaron un Presidente conocido por todos como Rafael Carrera, y reformaron la Constitución a los tres años de vigencia con un solo artículo, al establecer que la Presidencia de Guatemala era vitalicia. Esa fue la primera reforma. Después vienen otras reformas, todas orientadas a fortalecer el poder presidencial.

La mejor Constitución que este país ha tenido es la de 1945, que no pudo ser reformada porque solo duró diez años. La del 85 también es bastante buena; se le hizo una sola reforma totalmente mañosa y mal intencionada en 1993. Después del Golpe de Serrano se dijo, tal como ahora se dice, que las reformas deben darse. ¡Nos engañaron a todos! Dijeron que era para depurar la Corte y el Congreso. En un artículo decía que la Banca Central no podía prestarle dinero al Estado, sino sólo bancos privados. Imagínese, con ese artículo la Banca ganaba millones de dólares; esa fue la reforma de la época, impulsada por grupos conservadores y oligarcas, y ahora aparecen con esta sorpresa que quieren reformar la Constitución y con una prisa que nadie se explica.

Con esas experiencias. ¿Debemos temer que las reformas busquen vulnerar conquistas alcanzadas?

Tengo que leer el documento detenidamente para encontrar el gato escondido. No sé cuál es pero alguno ha de ver. Yo desconfío de todos los asesores que elaboraron este proyecto. Una reforma tiene que ser consultada por todos. ¿Cuál es la prisa?, la Constitución está bien y el Congreso debería de enfocarse en dictar las leyes constitucionales pendientes.

Algunos consideran que antes de pensar en reformas se deben aprobar modificaciones a la ley electoral para no seguir dando un cheque en blanco a los diputados y al sistema político. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Primero hay que reformar la Ley Electoral para establecer un sistema de partidos y airear la vida política y la clase. A ver si por ese camino tenemos que ir, sino la mayoría nos convertiremos en unos indignados. Si fuera español estaría manifestando en la Plaza del Sol contra el régimen, si fuera norteamericano estaría en Wall Street protestando contra un sistema que no funciona. Aquí somos muy quietos, aquí nos quitan los derechos que nos corresponden y nadie levanta la voz y cuando levantan la voz como los estudiantes se tiran contra ellos.

En el artículo 279 se establece que las reformas sólo serán por la vía de la Asamblea Nacional Constituyente. Con ello se elimina la consulta popular, ¿Qué riesgos se corren al restarle participación  a la ciudadanía?

Esa es una de las cosas oscuras, que están debajo de todo. La consulta es una conquista fundamental de 1985; la participación de la población en las decisiones es fundamental. Con ello se evitan los poderes ocultos, ya que tenemos que estar conscientes que los poderes reales de este país son los poderes económicos, que son los que manejan el crimen organizado y al Ejército, salgan beneficiados.

Hay que mantener la consulta a todos. A mí me causa desasosiego, mucha incertidumbre y mucha desconfianza. Hay un gato encerrado que hay que encontrar y saber quién lo está impulsando.

Para nadie es un secreto que poderes oscuros tienen secuestrado al Estado. En el Sistema de Justicia se dice que estas reformas buscan fortalecerla. ¿Qué se necesita para lograr una verdadera refundación del sector justicia?

Quisiera saber la fórmula, pero creo algunas cosas pueden hacerse con leyes ordinarias sin necesidad de reformar la Constitución. Por ejemplo, nosotros sugerimos en su momento la creación de un Consejo de la Judicatura, el cual se ha establecido en otros regímenes constitucionales. Esta entidad consiste en que los magistrados se dediquen a dictar sentencias y la administración de justicia pertenezca a un órgano del poder judicial. Ello se logra con una ley ordinaria.

Otro punto es establecer la carrera judicial para seguirles la pista a los magistrados y así cumplan su trabajo. Esto permitiría que se vayan preparando para ir ascendiendo y trabajar de mejor manera en el Organismo Judicial. Me parece bien los nueve años que establecen. Pero les reitero, las decisiones deben ir despacio. Hay que tener cuidado, porque todos los que quieren tocar la Constitución, la quieren destruir.

Esta nueva legislatura parece desgastarse cada vez más. Ante ese panorama. ¿Cómo vislumbra que se manejará la propuesta del ejecutivo?

En esto le daré mi opinión personal, yo prefiero que suceda un impasse, de manera que haya  tiempo para que los diputados y el pueblo nos podamos informar y las analicemos. No hay prisa. Es lo que le puedo decir por el momento.

¿Qué mecanismos deben utilizarse para informar a la población?

Yo viví muchos años en México y me tocó ver varias reformas. Las discutimos por muchos años, se publicaban libros, foros, se realizaban audiencias para que se buscara la participación de la ciudadanía; esos mecanismos ayudarían para ir socializando el contenido. Pero no es acertado querer llevarla al Congreso en los próximos días, y esperar una aprobación si la discusión tiene que llevar su tiempo, desde un profesional del derecho hasta la ama de casa que vive en el municipio más alejado de Huehuetenango deben conocer su contenido.

¿La falta de información hizo fracasar la reforma de 1999?

Los grupos oligárquicos que son los que mandan en este país están en contra de las reformas derivadas de los Acuerdos de Paz, las cuales probablemente eran un camino para llegar a la democracia. Pero los grupos de derecha, grupos empresariales estaban en contra de las reformas que se plantearon.

Los acuerdos establecían cosas concretas y ellos plantearon una gran lista para que nadie supiera nada, en ese proyecto se votaba por el Congreso, por el poder judicial, entonces la gente se hizo para atrás y no votó. Pero los que se oponían hicieron una campaña en contra y fueron a votar y votaron por el no.

Con esta última experiencia, ¿cuál sería la mejor manera de hacer la consulta? ¿Artículo por artículo o una sola pregunta?

No puede estar diciendo si o no a 100 preguntas. Las preguntas deben ser concretas para que la población conozca lo que se le está preguntando, pero por favor, insisto, no es necesario una reforma de 50 artículos como lo está planteando el Ejecutivo, eso es como querer reformar la Constitución completa.

“Una reforma tiene que ser consultada por todos. ¿Cuál es la prisa?, la Constitución está bien y el Congreso debería de enfocarse en dictar las leyes constitucionales pendientes”.

“La consulta es una conquista fundamental de 1985; la participación de la población en las decisiones es fundamental. Con ello se evitan los poderes ocultos…”

“La mejor Constitución que este país ha tenido es la de 1945, que no pudo ser reformada porque solo duró diez años”.