Precisamente cuando el Ministerio de Educación acciona en el Ministerio Público contra los estudiantes que tienen ocupados establecimientos educativos en señal de protesta por la reforma al pénsum del magisterio, se sabe que la Asociación de Colegios Católicos del país también se suma al rechazo de la propuesta por considerarla no sólo arbitraria, sino poco técnica a la luz de las necesidades del país.
Si analizamos lo que se ha dicho y escrito desde que se produjo la crisis con la suspensión de la actividad académica, es de resaltar que es poco lo que se ha discutido sobre el fondo de la reforma y más se habla de la protesta, las negociaciones fallidas y de la actitud de las partes ya abiertamente indispuestas al diálogo. Fuera de un reportaje publicado por La Hora, que evidencia deficiencias en la propuesta, no se ha dicho nada. En otros países la reforma educativa ha sido motivo de serias confrontaciones sociales y Chile es acaso el ejemplo más reciente que tenemos porque la falta de consenso entre el Gobierno, los educadores y los alumnos ha sido causa de enfrentamientos muy violentos en una sociedad que antes y después de la dictadura ha mostrado madurez para discutir los asuntos trascendentes.
Por ello es que llama la atención la postura de los Colegios Católicos asociados, puesto que es una voz que llama a la reflexión sobre la necesidad de un debate más serio y profundo a fin de lograr resultados positivos con una reforma al contenido de los estudios del magisterio. No nos cabe duda que es necesaria la reforma y que la preparación de nuestros maestros tiene que dar un paso adelante para buscar mejores rendimientos, pero pensamos que es importante entender que no se pueden imponer criterios a rajatabla luego de tantos años de desinterés y abandono. Ciertamente estamos contra el tiempo y los cambios urgen, pero a fin de asegurar su eficiencia, el debate y la socialización de las ideas es determinante para garantizar que podamos avanzar. De lo contrario veremos que se sigue perdiendo el tiempo y a lo mejor hasta se pierde algo mucho más valioso en un enfrentamiento que ha de terminar siendo estéril.
No olvidemos que Guatemala es un país con un pueblo aguantador, pacífico y hasta resignado, pero históricamente se prende con chispazos inesperados. Ojalá que el enfrentamiento con los alumnos no sea ese chispazo que no queremos ni necesitamos, pero las reacciones se vuelven muchas veces impredecibles. La prudencia no es sinónimo de debilidad y tanto estudiantes como autoridades tienen que actuar con madurez y mucha prudencia en este momento crítico.
Minutero:
Los cambios al magisterio
para muchos son misterio;
se olvidan que la educación
requiere siempre información