Deuda y semántica


Editorial_LH

Hoy publicamos un reportaje sobre las previsiones del Presupuesto para el año próximo y el ministro Centeno explica que el mismo tendrá un déficit de 19 por ciento porque los ingresos previstos alcanzan para cubrir 81 por ciento del total que asciende a 66 mil millones de quetzales, según la propuesta elevada a la Presidencia de la República. El tema de la deuda pública, externa e interna, cobra especial importancia cuando vemos lo que está ocurriendo en países de la zona Euro, donde los niveles de déficit llegaron a situaciones verdaderamente críticas.


 El Ministro dice que para el año entrante “no se aumentará la deuda”, pero hay que hacer una precisión semántica a la frase. De hecho, la deuda va a aumentar porque el presupuesto es deficitario. Y todo porque en campaña ofrecieron no seguir endeudando al país y ahora, pasada la campaña y en situación de gobernar, aclaran y especifican que se referían a no aumentar el ritmo del endeudamiento, es decir, que cada año sea mayor la cifra de la deuda contraída, pero que sí se seguirán adquiriendo préstamos para financiar el presupuesto.
 
 Según el Ministro, la deuda crecerá el año entrante, pero no más de lo que creció este año. Habla de ocho mil millones de quetzales de nueva deuda pública para el 2013, no obstante que también dice que el déficit del presupuesto de 66.67 mil millones de quetzales será del 19 por ciento. Si don Lucas T. Cojulún sigue teniendo razón con la forma en que enseñó las matemáticas, estamos hablando de 12.66 mil millones de quetzales de nueva deuda, o sea que 4 mil millones más de lo que él mismo dice que es el incremento de la deuda para este año. Lamentablemente don Lucas ya no está para aclarar la duda.
 
 Ciertamente la danza de millones es tal que se puede enredar a cualquiera con el manejo de expresiones semánticas que se prestan a la confusión. Si alguien dice que no va a aumentar su endeudamiento se tiene que entender que no contraerá nuevas deudas y en campaña nunca se habló de no aumentar “el ritmo del endeudamiento”, precisión semántica que ahora nos hace el Ministro de Finanzas pero que, a la luz de las cifras, no cuadra.
 
 Ya sabemos que la observación les importará un pepino porque de todos modos nos endeudaremos más y la promesa de campaña, por enésima vez, fue pura palabrería sin sentido y para agarrar incautos. Uno pensaría, sin embargo, que con reforma fiscal aprobada, sí que debería reducirse el ritmo de endeudamiento pero, como dicen en algunos lugares, “nanay”.

MINUTERO:

El ritmo de endeudamiento
mantendrá su crecimiento;
la promesa de campaña
es para ver si se engaña