Los últimos acontecimientos en el campo de la educación pública nos pueden y deben servir para avanzar en la formación ciudadana de los jóvenes guatemaltecos, puesto que al abrirse el proceso de diálogo con las autoridades, los estudiantes de magisterio dieron un paso muy importante en términos de ejercitar sus derechos, pero obviamente tienen la misma deficiencia ciudadana que es común en nuestra sociedad, toda vez que no entienden lo que es asumir y cumplir deberes y responsabilidades.
En la vida no todo son derechos, sino que los mismos siempre implican alguna responsabilidad. Todo derecho tiene que ser ejercitado responsablemente, es decir, buscando el pleno balance para no afectar derechos de otras personas que pudieran entrar en colisión con los propios. En caso de que ello suceda, es obvia la norma de que el interés y derecho general prevalecen sobre el interés o el derecho individual o de menos personas. Justamente ese criterio es el que se ha pedido aplicar cuando hay tomas y bloqueos de arterias de comunicación, porque no se trata de irrespetar el derecho de los manifestantes, pero en el marco del respeto al derecho de los demás.
Los alumnos no cumplieron su palabra no obstante que las autoridades cedieron en tres ocasiones a nuevas demandas. En otras palabras, su parte del arreglo no fue ejecutada y eso significa que no asumieron su responsabilidad. Puede hablarse de afinar cuestiones y de detalles que les parecieron todavía incompletos, pero si se está ya en un proceso de diálogo no hay que patear la mesa dando por abortado cualquier arreglo y eso justamente fue lo que hicieron los muchachos.
Vemos, sin embargo, que esto presenta una oportunidad para avanzar en la formación de nuestros jóvenes, explicando de manera didáctica y clara el significado de los derechos y deberes que se tienen que ejercitar en el desempeño de la ciudadanía. Muchos de los jóvenes no son legalmente ciudadanos todavía porque no tienen la mayoría de edad, pero eso no debe ser obstáculo para que se les pueda enseñar el sentido de la vida en sociedad, lo que tenemos todos que reclamar y lo que tenemos todos que poner de nuestra parte para asegurar una convivencia pacífica.
Jamás pediríamos que se vuelvan borregos que acaten sin chistar cualquier decisión de las autoridades simplemente porque emana del poder. Creemos que su rechazo es sano y de hecho se demostró que las autoridades no socializaron la propuesta debidamente y con ello alentaron incidentes. Pero así como alentamos que reclamen para proteger sus intereses, les pedimos que actúen con total responsabilidad, entendiendo que al empeñar su palabra están asumiendo deberes que no pueden incumplir.
Minutero:
De plano los estudiantes
no pueden romper tan campantes
compromisos alcanzados
tras haber sido dialogados