Rincón LITERARIO



Sermón presidencial

Manuel José Arce

Paso el Ejército

y del dulce pueblito que antes era

atractivo turí­stico

en las postales multicoloridas,

no quedo piedra sobre piedra

ni quien para contarlo:

se encontró los cadáveres de mujeres preñadas

con el feto asomado por la herida del vientre.

Se encontró a muchachitos de cinco años y menos

colgados de las tripas en las ramas de un árbol.

Los ancianos del pueblo,

venerables,

estaban decapitados en la plaza frente a la iglesia.

No quedaba ni quien para contarlo.

Ni los perros.

Y la prensa, la radio y la televisión

repetí­an, hoy lunes, el sermón del domingo

del Señor Presidente

?general y pastor evangelista?,

que comenzó diciendo:

«Dios es Amor, hermanos…»