Imposible aún estimar las dimensiones de la crisis financiera en Europa, pero lo que se puede afirmar es que sin la costosa operación de rescate que ha planteado el Banco Central de Europa, el colapso sería absolutamente inevitable. No es que el peligro se haya superado, pero por lo menos se puede suavizar la caída gracias a la multimillonaria inyección que la banca central hará para sacar del atolladero a los países más afectados.
En Estados Unidos ya ocurrió lo mismo cuando la Reserva Federal, es decir el Banco Central de Estados Unidos, se hizo cargo del rescate de todo el sector financiero y hasta de empresas como General Motors, evitando una depresión que pudo ser peor que la de 1929. La crisis no ha terminado y Europa puede hacer más daño por los efectos directos que tiene la recesión europea en la posibilidad de expansión de la economía norteamericana que sufre porque también las economías en expansión de China, la India y Brasil han reducido su frenético ritmo de crecimiento, disminuyendo la demanda de bienes.
Ante ese escenario, los europeos y norteamericanos tienen que darle gracias a Dios de que en ninguno de los dos sitios tuvieran a una partida de largos sinvergüenzas proponiendo que los Bancos Centrales no pueden prestar dinero como se hizo en Guatemala, porque si el mundo no ha tronado es por el papel activo que jugó la Reserva Federal y por el papel que está jugando el Banco Central de Europa. Ciertamente el rescate no es barato y genera inflación, pero precisamente para ello es que se asigna a instituciones técnicas como los bancos centrales, la decisión a efecto de alejarla de decisiones improvisadas de políticos, pero jamás se piensa en extremos absurdos como el de regalarle el negocio de ser prestamista del Estado a la banca privada precisamente porque el Estado tiene que disponer de mecanismos de regulación de flujos monetarios cuando sea indispensable.
La propuesta para prohibir al Banco Central dar préstamos al Estado se disfrazó como una cuestión ideológica de los neoliberales que son enemigos de todo lo público y que privilegian todo lo privado como si en el sector privado no existieran intereses espurios. Pero no fue realmente más que una maniobra bien planificada, por eso hablamos de largos sinvergüenzas, para trasladar un muy jugoso negocio al sector financiero nacional, adoptando una disposición que es una aberración desde todo punto de vista económico. Insistimos, el rescate se impone en ciertos momentos y Europa por lo menos puso condiciones para evitar que los banqueros se beneficien con bonos y privilegios con el dinero público. Pero todo eso lo hizo la banca central que tendrá que hacer emisiones controladas para lograr el rescate.
Minutero
De verdad es lo más prudente
decir adiós a la constituyente;
con los pícaros preparados
iban a atacar por todos lados