Los mismos haciendo lo mismo, el resultado será el mismo


GLADYS_MONTERROSO

“Cualquier hombre, en cualquier momento de la vida, puede ser tu amigo, o tu enemigo, según te conduzcan con él”
Cleóbulo

Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es


Siempre he considerado, como abogada, que la Constitución de un país es sagrada, y que proponer cambios a la misma no puede ser un ejercicio de un día para otro, tampoco de un mes al otro, escribo lo anterior, por el planteamiento de realizarle modificaciones a la misma, siendo la sociedad un ente cambiante, siempre la ley irá detrás de los acontecimientos que marcan la evolución histórica, mi preocupación, va más allá de si la Constitución debe ser modificada o no, mi preocupación se basa en que siendo los mismos actores, lo que podemos esperar es un resultado, peor de lo que tenemos, asimismo, el problema de las instituciones del país, no es un problema de la Constitución, ni siquiera de las leyes, sino de los valores éticos de quienes las aplican, contamos con una Constitución desarrollada porque tiene muchos artículos, pero la mayoría de ellos no se cumplen, basta con leer los primeros cinco, para asegurarlo, y si se toma una persona el tiempo de estudiarla toda, le provocará una gran decepción, observar que más de la mitad de lo que establece no se cumple, y si analizamos las leyes, pues probablemente lloraríamos, al saber que contamos con una sobre legislación, desconocida para el 99% de la población, y los que la conocen, la omiten, por lo tanto, no se cumple.

¿Confía usted en los 158 diputados? Le aseguro que a lo sumo en cinco, al igual que yo, o probablemente en ninguno, ¿Quién cree que tiene suficiente solvencia moral, y no se encuentra comprometido con los poderes reales del país para reformar la Constitución haciendo funcional al Estado? Seguramente le sobraran dedos en la mano. Quiero recalcar que a mi criterio no es el problema la Constitución, ni las leyes que el Estado no funcione, y desde años se encuentre en crisis, el problema es falta de compromiso cívico, de todos y cada uno de los actores de poder en el país, iniciando por los medios de comunicación, los que con contada excepciones, son afines al poder real, especialmente un matutino que parece más el pasquín del Presidente, que un periódico comprometido con la verdad, que desinforma, cuando su obligación es informar y formar.

Viendo el espectro del país desde el más profundo y objetivo análisis que se puede realizar, en mi calidad de ciudadana, no encuentro cómo podemos esperar cambios de fondo, en las mismas personas altamente conocidas por sus intereses personales, y recibiendo lineamientos del poder real en Guatemala, cómo podemos vivir cambios de fondo en el sistema. Veamos un ejemplo sencillo, el padre o la madre le dicen al niño, que no debe mentir, y le exponen como castigo, en caso de hacerlo, desde el cincho hasta el infierno, inmediatamente después del sermón y explicación, le entra una llamada al celular (O lo llegan a buscar, si no tiene celular) y contesta, lo siguiente: Fíjate que no estoy en mi casa, estoy muy lejos, mejor llámame dentro de dos días, a ver qué puedo hacer por vos, y cuelga (En el caso del que no tiene celular, le dice al niño, si es fulanito de tal, le decís que estoy fuera de la ciudad, y no sabes cuándo regreso, y allí val el niño a mentir)  Lo mismo sucede en el país, quienes han manoseado e incumplido la Constitución, y las leyes, son los responsables del descalabro que hoy padecemos, y si esos mismos son quienes quieren modificarla ¿Qué podemos esperar? La misma salchicha, solo que con diferente pan señores.

El cambio como lo necesitamos a gritos en Guatemala, es de actitudes, de auto respeto, solamente quien se respeta así mismo, y a su entorno, es capaz de respetar a los demás, lo demás perdonen la expresión arrabalera, pero no encuentro otra, es llanamente pura paja, por lo tanto tienen que ser actores totalmente ajenos a la podredumbre que nos rodea quienes deban llevar a cabo cualquier cambio, y ese cambio, tiene que ser aceptado por la población en general, sin publicidad, sin sesgos, sino que explicados tal cual se encuentra escritos, y las consecuencias de los mismos, yo propondría una ANC, con personas que presenten estados patrimoniales, bancarios y tarjetas de crédito bajo juramento de cometer el delito perjurio, si no fuera cierto, lo que se indica, y con la condición que al terminar su trabajo, se le haga un cruce de información, así como que ganen por producto, y que demuestren previamente conocimiento de los temas, si no señores, mejor nos quedamos como estamos, y que el gobierno, presente un plan “B” que seguramente lo deben tener, para reestructurar, no las instituciones, sino que los resultados que presenten las personas que trabajan en ellas.

Soñar con un futuro mejor es maravilloso, pero despertarse y observar que sigue igual nuestra absurda situación, es inadmisible, así que los cambios deben ser de fondo, no de forma, la famosa Ley de Comisiones de Postulación, desde que fue puesta en práctica la primera vez, nos demostró, que nunca llegarían los mejores, sino quienes tuvieran los mejores padrinos, la CICIG, es otro referente, que por muy blindadas que se encuentre el edificio donde se encuentre, y se ganen salarios tan altos, los resultados, son más pobres que un perro callejero y jiotoso, así que soñar se vale, pero lo que no se vale es que se quede todo en un sueño, y que el dinosaurio, siempre se encuentre allí, al despertar, ese dinosaurio se llama pobreza, desnutrición, analfabetismo, mortalidad materna, asesinatos, inseguridad, falta de justicia, hambre, dolor, lágrimas y sangre, siempre y cuando el dinosaurio esté vivo, aunque nos demos la vuelta para despertar y no verlo, es tan grande, que igual no solamente lo veremos, estará allí.

Las instituciones fueron concebidas, con buenos propósitos, pero existen algunas que llevan el pecado original, y lo seguirán llevando, siempre que aceptemos a los mismos, en los mismos puestos de poder, o pago de factura políticas, no podremos soñar jamás con otro resultado, así que ya no soñemos y concretemos, exijamos, y elijamos lo que más nos conviene como sociedad, no como sujeto en particular, mientras sigamos viviendo en el individualismo, y protegiendo intereses espurios, no saldremos de la mediocridad, y esta nos carcome más, día con día. EL PROBLEMA NO SON LAS INSTITUCIONES, EL PROBLEMA SON LAS PERSONAS QUE LLEGAN CONDICIONADAS, Y CON FACTURAS MUY ALTAS DE PAGAR, QUE NOS INCLUYEN A TODOS/AS.