Pléyade de jóvenes al frente del MNR


Eduardo_Villatoro

Ni me acordaba cuándo fue la última vez que asistí en calidad de espectador u observador a una reunión de carácter político; pero ayer en la mañana fue un encuentro agradable con personas conocidas, entre ambientalistas, sindicalistas, escritores, activistas de derechos humanos, luchadores sociales.

Eduardo Villatoro


Fuimos convocados por la dirigencia del Movimiento Nueva República, cuya mesa principal, encabezada por el secretario general Aníbal García, la integraban jóvenes de uno y otro sexo, indígenas, obreros, campesinos, estudiantes  y otros compatriotas de extracción popular, la mayoría de los cuales frisando entre los 18 y 30 años, si hago caso omiso de un contemporáneo mío de pelo canoso.

Por supuesto que se pronunciaron discursos, hubo algarabía juvenil y el local insuficiente para dar cabida a delegados de los departamentos de la República y de muchos que no militamos en el MNR, pero que fuimos atraídos por la tan estropeada esperanza de que quizá ahora se fortalezca una corriente que pueda canalizar las aspiraciones de los guatemaltecos, especialmente los más desheredados de la fortuna, tan frustrados y engañados durante décadas por mañosos políticos que se cambian de partidos como mudarse de calcetines, sumidos en el fango de la corrupción.
 
 No retuve el nombre de un dirigente del MNR que abordó la tribuna, un veinteañero abogado kaqchiquel, que inició su intervención en su idioma natal y lo prosiguió en español, cosechando aplausos de sus correligionarios. Luego, correspondió el turno al secretario general Aníbal García, quien comenzó con una reseña histórica de Guatemala a vuelo de pájaro, enfatizando que desde los tiempos de la colonia hasta la actualidad, con la ligera excepción del período de los presidentes Arévalo y Árbenz, no ha existido una verdadera República que pudiera responde estricto sensu a esa categoría de forma de gobierno, porque todos los que han asumido el poder han respondido a una minoría privilegiada que sólo ha respondido a sus intereses de casta.

Aprovechó el lanzamiento del MNR a la vida pública, para lanzar a viva voz las principales propuestas de esa naciente organización, imposible de repetir en este espacio; que abarcó un amplio abanico de asuntos de interés general, como los que resumí en mi artículo del pasado jueves, desde propiciar una profunda reforma al actual sistema de partidos políticos, hasta garantizar un modelo económico basado en la redistribución, pasando por el restablecimiento de un Estado social, democrático y pluricultural de derecho basado en una nueva Constitución; reconocer la realidad multiétnica, luchar por la aprobación de la ley antimonopolios y de libre competencia.

 Los aplausos más nutridos que recogió fue cuando enfatizó que el MNR plantea recuperar la soberanía nacional sobre los recursos naturales y los servicios estratégicos, creando empresas estatales y de capital mixto, e intervenir para contribuir a frenar el cambio climático y proteger el medio ambiente.

(El novato político Romualdo Tishudo cita al escritor José Saramago: -Si actualmente el poder real es económico; entonces no tiene sentido hablar de democracia).