El gobierno argentino negó el viernes que planee avanzar en la «pesificación» de la economía y señaló que detrás de esa versión periodística se esconden intenciones especulativas de sectores que pretenden una fuerte devaluación para ganar dinero.
El viceministro de economía, Axel Kicillof, que según el diario El Cronista Comercial es el ideólogo de ese proyecto que estaría en estudio, dijo en rueda de prensa que esa posibilidad es un «invento estúpido» que «ofende la inteligencia de todo el mundo y me hace quedar como un mamarracho como funcionario e intelectualmente».
Según Kicillof, uno de los principales asesores de la presidenta Cristina Fernández, los sectores mediáticos y bancarios que lanzan ese tipo de versiones de «elevado componente político» buscan una devaluación y obtener fortísimas ganancias a corto plazo. «Por ejemplo, dólares que no se pueden justificar, cambiarlos por pesos», dijo.
El diario El Cronista Comercial señaló que el gobierno planearía, por ejemplo, que se prohíba realizar transacciones comerciales de cualquier tipo en dólares u otra moneda distinta al peso, lograr que la población ahorre en pesos y no en dólares, y en lo que se refiere a los compromisos de deuda en la divisa estadounidense «la posibilidad de pagar los vencimientos de capitales e intereses al tipo de cambio oficial del día que corresponda».
En Argentina, donde el viernes el dólar cotizaba en casas de cambio a 4,49 pesos, los inmuebles se tasan en el valor de la moneda norteamericana, en la que los ciudadanos ahorran y donde se refugian cuando hay una creciente inflación para mantener su poder adquisitivo. Los analistas privados calculan que el aumento del costo de vida de este año será de al menos un 25%.Otras operaciones, como el pago de paquetes turísticos, se realiza también en dólares.
«Quieren que devaluemos, quieren crear una corrida cambiaria», dijo Kicillof y añadió: «Esto no es el 2001, que fogonearon estos mismos bancos y estos mismos medios para que se tomaran las medidas que se tomaron».
Kicillof insistió que Argentina está bien posicionada con casi 47 mil millones de dólares de reservas en el Banco Central, lo que es más que suficiente para honrar los vencimientos de deuda en agosto.
Además acusó a los sectores que lanzan estas versiones –en los que incluyó al diario Clarín– de llenar de pánico a la población, como cuando a raíz de la crisis económica y financiera de 2001 y 2002 las autoridades que entonces gobernaban impusieron límites al retiro de fondos bancarios y después «pesificaron» la economía al poner fin a la paridad de la moneda nacional con el dólar vigente, provocando una fuerte devaluación.
«Esto no es el 2001», subrayó el funcionario.
Dijo que cuando se lanza la idea de que el gobierno se va a llevar los ahorros de las cajas de seguridad se instala el miedo en la población para forzar una devaluación, de tal forma que ganan los que tienen depósitos en dólares.
El gobierno ha incrementado en los últimos días las restricciones para la compra de la divisa estadounidense, para evitar la fuga de capitales, que en 2011 fue por valor de unos 23 mil millones de dólares.
El Ejecutivo estableció en octubre que la adquisición de dólares debe ser autorizada previamente por la Administración Federal de Ingresos Públicos una vez que ese organismo comprueba la solvencia del solicitante.
Pero los controles se reforzaron en los últimos días y el fisco niega la casi totalidad de los pedidos de compra de la divisa norteamericana, dando lugar a un mercado paralelo en el que el dólar ha llegado a cotizar hasta un 30% más que en el mercado oficial.
Además varios funcionarios han invitado en los últimos días a los argentinos a que pongan fin a su «obsesión compulsiva» por los dólares para que se «desdolarice» la economía.
Kicillof estuvo acompañado por el ministro de planificación, Julio de Vido, con el que se refirió además a la situación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), la principal empresa petrolera de Argentina, que fue intervenida en abril por orden de la presidenta tras la decisión oficial de expropiar el 51% de las acciones que estaban en manos de la española Repsol, con el argumento de que la compañía no realizaba las inversiones suficientes y que era necesario lograr el autoabastecimiento energético en Argentina.
El funcionario acusó a Repsol de haber practicado «mala praxis petrolera» de la empresa en la que tomó el control a fines de los años 90.
De Vido anunció en tanto la culminación de la intervención de YPF el lunes, cuando se celebre la asamblea de accionistas de la compañía, en la que el Estado nacional pasó a tener 26% de las acciones y las diez provincias petroleras 25%.
Kicillof acusó por su parte a Repsol de llevar a cabo «una política deliberada» de no inversión que, según dijo, prueban los documentos que se han desclasificado en el seno de la empresa. También acusó a la compañía española de dañar el medio ambiente.
De Vido dijo que YPF tiene «una enorme potencialidad» y que los combustibles tendrán un «costo argentino» y no el internacional que proponía Repsol.
Dijo que es una «falta de respeto» las declaraciones del titular de Repsol, Antonio Brufau, quien expresó su intención de negociar un pago justo por la expropiación de las acciones en YPF con el gobierno argentino que salga elegido en las próximas elecciones de 2015.
Repsol demandó días atrás a Argentina ante la justicia de Estados Unidos por lo que consideró una confiscación de su participación mayoritaria en YPF.