La cápsula espacial Dragon –histórica por hacer la primera entrega privada de carga a la Estación Espacial Internacional y por inaugurar un nuevo enfoque de la NASA a la exploración del espacio– regresó ayer a la Tierra, luego de accionar su paracaídas y acuatizar en el Océano Pacífico.
La firma aerospacial SpaceX guió el descenso de la Dragon a través de la atmósfera hasta el mar. Una flotilla de buques se encontraba en el lugar, lista para recibir a la primera nave comercial del mundo en resurtir a la estación espacial.
Luego de activar sus tres paracaídas de rayas rojas y blancas, la cápsula robotizada de suministro descendió justo donde se esperaba, a unos 804 kilómetros (500 millas) frente a la costa de la península de Baja California, México. Los barcos de recuperación se movieron rápidamente para sacar la cápsula del agua y ponerla en una barcaza, antes de tomar rumbo a la costa de Los Ángeles.
El vehículo de carga se posó en el mar seis horas después de separarse de la Estación Espacial Internacional. Trajo consigo casi 635 kilos (mil 400 libras) de equipo viejo.
La nave privada de SpaceX es la primera en traer una carga así desde que los transbordadores de la NASA fueron retirados de servicio el año pasado.
Llevará algunos días transportar la cápsula hasta Los Ángeles. De allí será trasladada en camión hasta la fábrica de cohetes de SpaceX, en Texas, para retirarle la carga e inspeccionarla.
El regreso de la nave Dragon, con forma de campana, fue parecido a los de las naves espaciales Mercury, Gemini y Apollo de las décadas de 1960 y 1970, pero representa el futuro de los viajes espaciales estadounidenses, ahora que acabó la era de los transbordadores.
«El acuatizaje exitoso y los otros muchos logros de esta misión marcan una nueva era, la de los vuelos espaciales comerciales en Estados Unidos», dijo en un comunicado el administrador de la NASA, Charles Bolden.