Festejan orden de captura


logito

Miles de libios bailaron y lanzaron ví­tores ayeren las calles de Bengasi para celebrar la orden de detención de la Corte Penal Internacional contra el lí­der Moamar Gadafi por crí­menes de guerra, tras acusarlo de matar a civiles que se levantaron contra su gobierno.

La orden de la corte intensificó las presiones sobre el régimen de Gadafi, ya atacado por operaciones aéreas diarias. La OTAN espera que la medida aliente a aliados clave para que lo abandonen, pero también reduce los incentivos para que Gadafi pueda aceptar un acuerdo pací­fico para dejar el poder por el riesgo de ser capturado.

Por ADAM SCHRECK y MIKE CORDER
TRIPOLI / Agencia AP

La corte de La Haya, Holanda, carece de facultades para aplicar la orden, y la única posibilidad ahora para aprehender a Gadafi radica al parecer en los rebeldes que luchan por deponerlo.

En las Naciones Unidas, el jefe de asuntos polí­ticos B. Lynn Pascoe afirmó que los insurrectos tienen ahora una leve ventaja militar sobre las fuerzas de Gadafi. Los rebeldes no han podido penetrar el centro de poder del lí­der libio en Trí­poli y el lunes reconocieron la incapacidad de capturar a Gadafi por su cuenta.

La corte también emitió órdenes de detención contra el hijo de Gadafi, Seif al-Islam Gadafi, quien aspira a ser su sucesor, y contra el jefe de la inteligencia libia Abdulá al-Sanoussi.

Los jueces anunciaron que los tres son buscados por orquestar la matanza, lesión, arresto y encarcelamiento de cientos de civiles durante los primeros 12 dí­as del alzamiento popular para derrocarlo tras más de cuatro décadas en el poder, y por intentar encubrir los presuntos delitos.

La magistrada presidenta Sanji Monageng, de Botsuana, describió el lunes a Gadafi como el «gobernante indiscutible de Libia», quien tiene «un control absoluto, definitivo e incuestionable» sobre las fuerzas militares y de seguridad del paí­s.

El régimen de Gadafi recusó la autoridad de la corte y rechazó los cargos al considerar que tení­an motivos polí­ticos.

«Todas sus acciones (de la corte) están dirigidas contra los gobernantes africanos», dijo el domingo el vocero gubernamental, Musa Ibrahim, a la prensa. La delegación del régimen libio afirmó que la corte ignora lo que calificó de crí­menes de la OTAN en Afganistán, Irak «y ahora en Libia».

Horas después de anunciarse las órdenes, decenas de simpatizantes de Gadafi irrumpieron en los terrenos de un hotel en Trí­poli donde los periodistas extranjeros son obligados a permanecer. Los manifestantes corearon lemas en apoyo a su lí­der, que está en el poder desde 1969. Por la noche, sonaron disparos en varios puntos de la ciudad.

En contraste, millares de libios ingresaron a la Plaza de la Libertad en el bastión rebelde de Bengasi, en el oriente de Libia, donde las mujeres lanzaban exclamaciones de alegrí­a y varios hombres disparaban armas al aire para celebrar.

En Trí­poli, dos explosiones estremecieron el lunes el área cercana al complejo de Gadafi. Autoridades libias dijeron que la OTAN disparó dos misiles contra el autobús personal del lí­der libio.

No hubo reportes de muertos. Las autoridades dijeron que dos personas resultaron ligeramente lesionadas en el ataque.

También el lunes, un grupo juvenil antiGadafi llamado Movimiento Generación Libre difundió un video en que varios activistas intentan quemar en una calle un enorme cartel de Gadafi, al parecer en el corazón de Trí­poli. La imagen fue parcialmente dañada. De inmediato no fue posible verificar en fuentes independientes la fecha y el lugar del video.