Homenajes póstumos a Morales Monroy y Arce


logito

Al continuar con el programa “Luminarias del Teatro Guatemalteco”, organizado por la Asociación Nacional de Actores y Técnicos, a cargo del maestro Manuel Lisandro Chávez Blanco, se rindió homenaje póstumo el pasado 14 de mayo al maestro Rubén Morales Monroy, director de la Academia de Arte Dramático de la Universidad Popular, de la cual fue organizador y a su impulso cobró gran prestigio.

POR JOSÉ ANTONIO GARCÍA URREA

El 24 de mayo, se realizó el tercer homenaje al poeta, escritor, periodista y humorista, Manuel José Arce, de prosapia de intelectuales.

En relación a Morales Monroy, varios de sus amigos, así como exalumnos de la Academia, hicieron uso de la palabra para exponer, cada quien, sus experiencias derivadas tanto de su amistad como de sus enseñanzas escénicas.

En el panegírico a Morales se lee: “El emeritísimun Rubén Morales Monroy, quien el pasado 2 de febrero habría cumplido 79 años de haber nacido en Chiquimula, se entregó entre 1949 y 1998 a la tarea de darnos vida escénica y a que tuviéramos un ambiente digno y apropiado para mostrarnos a los públicos nacionales e internacionales. Realizó esta enaltecedora labor ya como actor, ya como director.”

Rubén se entregó totalmente a su trabajo escénico, lo vi remar a remo completo en este océano de arte teatral con gran energía y más de una vez le hice la advertencia de que se tomara una vacaciones, pues se le notaba el cansancio que invadía su cuerpo, pero él preguntaba: ¿y qué hago mientras tanto?

El otro homenaje, también en la UP, René Molina Nuyens, creador del Teatro para Niños, correspondió a ese gran hombre de las letras, Manuel José Arce, hombre de grandes ocurrencias, de pluma viril, cuyo deceso ocurrió en Francia. Ya es tiempo de que se inicien gestiones para la repatriación de sus restos.

Manuel era un hombre humilde, sencillo; recuerdo un año en que presentó su magnífica obra “Sebastián sale de compras”, le dimos vueltas y revueltas en el Jurado del Certamen de Bellas Artes, pues a nuestro juicio era merecedora del primer premio. Antes no había solo premio único; pero tenía un problema, no recuerdo si de estructura o de qué, y la descartamos. Más adelante él me preguntó, cuando ya se supo quiénes fuimos los jurados, cuál fue el motivo de haberla descartado, se lo expliqué, y me dijo que habíamos tenido razón. Cuando se estrenó la obra, con la corrección señalada, es decir que no la desechó, fue todo un éxito. Otro, en su lugar, no acepta la sugerencia.