Trabajadoras domésticas siguen padeciendo malos tratos laborales


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En la declaratoria del III Congreso de Mujeres Trabajadoras de Guatemala, señala que las condiciones de las trabajadoras del hogar siguen siendo de atropello, maltrato y violación, siendo violentados sus derechos económicos y jornadas dobles de trabajo más que otros sectores laborales.

Por Eder Juárez
ejuarez@lahora.com.gt

Según representantes de mujeres del trabajo doméstico, muchas de las trabajadoras desconocen sus derechos y sobre todo los mecanismos de denuncia y las instancias que deben protegerlas, además indican que las mujeres que se dedican a esa ocupación continúan con temor a organizarse, por temor a represión y la violencia de los empleadores.

Por lo que hacen un llamado al Organismo Legislativo a que sea ratificado el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que vendrá a mejorar las condiciones laborales en los beneficios y ventajas económicas de las trabajadoras domésticas.

Además, representantes de mujeres del trabajo doméstico, de la maquila, del campo, vendedoras por catálogo, trabajadoras sexuales y transgéneros reiteraron su preocupación por el atraso en el proceso de ratificación del convenio que vence en diciembre de este año.

El acuerdo emitido en junio de 2011 se encuentra en el Ministerio de Trabajo a la espera del dictamen del jefe de la cartera que deberá remitirlo al Ministerio de Relaciones Exteriores y éste a su vez, lo remitirá al Congreso para su ratificación.

Dieron a conocer que en Guatemala hay 182 mil trabajadoras domésticas, 60 mil del sector maquila, 130 del campo, más de un millón por venta de catálogos, 40 mil trabajadoras del sexo y 40 mil transgénero.

Por otro lado, señalan que la problemática de los salarios a nivel general es precario, pues no alcanza para comprar la canasta básica, y que por el hecho de ser mujer el salario es más bajo que el de los hombres.

Indican que la brecha de desigualdad que existe en el mercado laboral entre mujeres y hombres trabajadores se profundiza en la discriminación de género. Que para enfrentar este fenómeno es necesario lograr articular entre el movimiento sindical y movimiento de mujeres una lucha por las desigualdades de género y clase.